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Actualizado: 10 de junio de 2025
Piensan los hombres que este niño que acaba de morir se ha caido por casualidad en el rio, y que aquella casa se quemó por casualidad; mas no hay casualidad, que todo es prueba ó castigo, remuneracion ó providencia. Acuérdate de aquel pescador que se tenia por el mas desventurado de los mortales, y Orosmades te envió para mudar su suerte. Dexa, flaco mortal, de disputar contra lo que debes adorar.
Apoyó los codos sobre las rodillas y metió la cabeza entre las manos. Al cabo de largo silencio la levantó diciendo: Bueno, ¿y qué exiges de mí? Amalia dio un paso para acercarse. Lo que ya debes de suponer, si es que te queda un poco de sentido común.
La falda era de verano, y por debajo asomaban unas botas rotas, mucho más grandes que sus pies. Saluda, muchacha dijo la vieja ; es tu tío Gabriel; un ángel de Dios, a pesar de sus calaveradas. A él debes que yo te haya buscado. La jardinera empujaba a Sagrario hacia su tío.
¡Válame Dios, y con cuánta gana debes de estar esperando ahora, lector ilustre, o quier plebeyo, este prólogo, creyendo hallar en él venganzas, riñas y vituperios del autor del segundo Don Quijote; digo de aquel que dicen que se engendró en Tordesillas y nació en Tarragona!
El doctor rompió el silencio. Te encuentro mejor, Amaury dijo, y tú también debes encontrarme mejor a mi, ¿no es verdad? añadió con intención. Efectivamente respondió el joven: es usted muy dichoso y le doy por ello mi enhorabuena. ¡Qué le vamos a hacer! Es la voluntad de Dios manifestada por la Naturaleza que no tiene el hábito de obedecerme como a usted.
Mas grande que en el triunfo en tu caida Tu sacrificio el cielo consagró: Tu sangre ha sido el riego de la vida Que fecundó la libertad ¡Adios! En mi sepulcro encomendarte quiero Las prendas que aquí deja el corazon: Algo debes ¡oh patria! al jornalero Que en tus mieses jamas se alimentó.
Y un día en la casa de tu padre, en el mismo lugar donde él ha hecho tanto bien, los pobres de la aldea hallarán otro doctor Reynaud que los socorrerá como él. Y si por casualidad ese día soy todavía de este mundo, me consideraré tan feliz, ¡tan feliz!... Pero hago mal en hablar de mí... No debería... yo no soy nada... En tu padre sólo debes pensar.
Después hablarán ustedes; ellos te preguntarán por mí, y yo seré el único tema de su conversación; te contarán mil chocheces, que debes escuchar sin reírte. ¿No te reirás, eh? Son mis abuelos, dos seres para quienes yo soy toda su vida, y que no me han visto desde hace diez años. ¡Mira tú que diez años tienen días! Pero, ¿qué quieres? París me ha hecho prisionero como a ellos la edad avanzada.
Cincuenta francos entregados á tiempo realizaron el milagro de procurarle un pedazo de cartón numerado, cuya conquista representaba, para muchos, días enteros de espera. Es para hoy mismo dijo á su camarada . Debes salir en el tren de esta noche. El equipaje no exigió grandes preparativos. Los trenes se negaban á admitir otros bultos que los que llevaban á mano los viajeros.
En su protesta gritaba el amor ardoroso, el amor irreflexivo y heroico, que acepta todas las penas á cambio de que el ser preferido siga existiendo. Pero á continuación, para que Julio no sintiese el engaño de una falsa esperanza, añadió: Vive; tú no debes morir; sería para mí un nuevo tormento... Pero vive sin mí. Olvídame.
Palabra del Dia
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