United States or Guatemala ? Vote for the TOP Country of the Week !


Pero si la gran dificultad del infierno y de los castigos eternos fue felizmente superada, aun quedan, en todo el plan de la redención cristiana, iniquidades morales y desvíos de que ningún hombre de bien del presente, cualesquiera que sean su religión o su teología, querría hacerse culpable.

»Ahora su sueño es febril y agitado, pero siquiera duerme, pronunciando sin cesar el nombre de Amaury. »¡Oh! ¡Yo soy culpable de todo! ¿Por qué he permitido que bailara?... Y sin embargo, si otra vez me encontrase en iguales circunstancias volvería a proceder como esta noche lo he hecho.

Era culpable ante los hombres, pero este martirio le absuelve ante Dios. Sacerdote, no lo dices todo, ¡esa sangre caerá sobre ellos! Adiós, comandante, aun me hace falta fuerza para vengarte; me voy, porque un minuto más me mataría. Como el momento se acerca, se hace un profundo silencio.

¿Crees que te la darán? Si tienes las pruebas de mi inocencia, intenta la revisión del proceso... ¡Qué! ¿No comprendes que nos estrellaremos contra todas las dificultades acumuladas por tus enemigos, y que tenemos que contar con la mala voluntad de la justicia? Empieza por huir; después probaremos que no eres culpable, te empeño mi palabra... Jacobo alzó la frente.

Para esto ponía en funciones toda la maquinaria más brillante que sólida de su raciocinio, aprendido en el comercio de las liviandades humanas y en someras lecturas. «Hija de mi alma, hay que ponerse en la realidad. Hay dos mundos, el que se ve y el que no se ve. La sociedad no se gobierna con las ideas puras. Buenos andaríamos... No soy tan culpable como parece a primera vista; fíjate bien.

La creía digna de su amor, la amaba a pesar de su falta, como se ama a la mujer culpable o inocente por la que se es correspondido. Si hubieran ido con pruebas en la mano a decirle que la señora Chermidy no era digna de él, hubiera experimentado un sentimiento de angustia y no se hubiera alegrado de recobrar su libertad.

Y, sin embargo, nada más cierto. Quedándose en aquella casa, le parecía que aun no se habían roto del todo los lazos que le ligaban a ella. Los seres que le rodeaban eran su carne y su sangre: la amaban todavía, aunque culpable: no se podía injuriarla en su presencia. Ventura había dejado en las habitaciones, en los muebles, una parte de su ser.

Te concedo que a pesar de mis atenuantes soy algo culpable en el fondo; pero entre amigos y personas de cultura social se trata al prójimo con más tolerancia. Eso, dicho en el Palacio de Justicia, como allí es costumbre, puede pasar; pero aquí, de ningún modo; no puedo tolerarlo ni aun viniendo de ti, y si te ratificas... Mira si lo hago, que repito que mientes. ¡Amaury! gritó Felipe exasperado.

¿La verdad? ¡Ahora la conozco! contestó con severidad el juez. Usted no es materialmente culpable, y yo no puedo mantenerle ya aquí... ¡Ah! Entonces... Pero su responsabilidad moral es mucho más grave de la que al principio confesó usted, y esa impaciencia suya me parece fuera de lugar, puesto que usted mismo podía, con una sola palabra, haber disipado mis dudas...

Existe, por fuerza, entre mi tía y usted, ó alguno que le toque de cerca, una diferencia grave y que yo ignoro. ¡Y yo también! ¡Ah! ¿Ve usted como hay algo? Es verdad; hay algo, pero ¿qué? Entonces, ¿no se trata de usted? Hace tres días, no conocía á la señorita Guichard. ¿Luego no es usted el culpable? ¡Tanto mejor!