Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 4 de julio de 2025
Todos los hombres del cortijo que no habían salido a los trabajos de campo más de una docena contemplaban con un asombro que tenía algo de infantil a aquel personaje terrible, obsesionados por la tétrica fama de su nombre. ¿Pueen yevar la jaca a la cuadra pa que descanse un poco? preguntó el bandido. Gallardo hizo una seña, y un mozo tiró de las riendas del animal, llevándoselo.
Y... a propósito; el hijo del tío Pallús ¿te acuerdas, Amparito...? aquel chico que andaba a cuatro patas y hacía el burro para que tú le montases , pues bien, ése venía ahora a Valencia con el carro a recoger el estiércol de las casas, y quería que Nelet le dejase limpiar la cuadra.
El desengaño le dejó confundido, y, no sintiéndose con aliento para pasar a la cuadra contigua, donde se hallaban los magnates y prelados, agazapose en el más obscuro rincón, entre un grupo de religiosos. El franciscano, arrimando su taburete, le dijo en voz baja: ¡Nonada habelles descubierto la madriguera a esos lobos!
Andrés se puso triste repentinamente, y caminaron en silencio hasta llegar a la posada, que estaba a la salida de la villa. Fueron a la cuadra, enjaezó Celesto los caballos, sacáronlos fuera. ¡En marcha, en marcha!... No; todavía no. Celesto no se siente bien del estómago, y se hace servir una copa de ginebra, que bebe de un trago, como quien vierte el contenido en otra vasija.
Esta fue su única culpa, culpa de hijos ingratos en que incurre la inmensa mayoría del linaje humano, que se olvida de Dios en la felicidad y sólo le recuerda en el llanto, porque cuadra más a su condición egoísta pedir remedios que agradecer bondades. ¡Harto lo conocía ella entonces y harto lo estaba expiando!...
Vámonos cuando quieras... Mi cuarto es una cuadra comparado con éste; pero considera que allí entran los perros, los gatos, el jardinero con los zapatos sucios, el cochero con el olor de la cuadra y en fin todo bicho viviente... No es mía la culpa...
Aborrecía a los señoritos; le gustaban los hombres con sombrero pavero, y si llevaban zajones, mejor; pero muy hombres, oliendo a cuadra y a macho sudoroso.
Enlutábanse con cortinados negros la sala y cuadra, alumbrándolas con un fanal o guardabrisa cubierta por un tul que escasamente dejaba adivinar la luz, o bien encendían una palomilla de aceite que despedía algo como amago de claridad, pero que realmente no servía sino para hacer más terrorífica la lobreguez.
El primer conjuro deste día memorable entre todos los de mi vida fué decirme: "Ea, Gavilán amigo, salta por la pompa y aparato de doña Pimpinela de Plafagonia. ¿No te cuadra el conjuro, hijo Gavilán? Pues salta por el bachiller Pasillas, que se firma licenciado sin tener grado alguno. ¡Oh, perezoso estás! ¿Por qué no saltas?
En este círculo limitado se presenta siempre con ventaja, ya por su espíritu perspicaz y observador, ya por su ingenio y travesura, ya porque no hay oposición alguna entre el asunto y la manera de tratarlo, ya, en fin, porque la expresión cuadra perfectamente al objeto expresado. De aquí también que sus pasos sean los que más nos satisfagan.
Palabra del Dia
Otros Mirando