Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 21 de octubre de 2025


Y el pobre Bonis se frotaba la frente y toda la cabeza con las manos, compadecido de aquel cerebro que bullía, que crujía, que pedía reposo, paz... y la ayuda de fuerzas nuevas. Un día encontró Bonis en un libro la palabra avatar y su explicación, y se dijo: ¡Una cosa así me vendría a perfectamente! Otra alma que entrara en mi cuerpo; una vida nueva, sin los compromisos de la antigua.

Las llamas habían subido ya por la pared y habían empezado a cebarse en la techumbre que crujía y amenazaba desprenderse a pedazos. Tiburcio pasó impávido por la cámara. En pos de él pasó Miguel de Zuheros.

El viento, cada vez más fuerte, silbaba por entre la arboladura, que crujía fatídicamente. Las velas se agitaban en todas direcciones como trapos puestos a secar. El barco no podía mantenerse en equilibrio, porque el viento no tenía dirección fija, y allá a lo lejos, en las costas de la tierra de Arnheim y de la de Torres tronaba y relampagueaba sin cesar.

Y por una puerta de atrás, a lo largo del corredor obscuro y de la escalera que crujía, los dos se deslizaron como dos ladrones que se hubieran introducido en la casa aprovechándose de la ceremonia. Consiguieron abrir la puerta más fácilmente de lo que esperaban; la cerradura, ya floja, cedió como si se abriera sola.

Don Fermín, que iba a la sacristía, dio el rodeo de la nave del trasaltar flanqueada por otra crujía de capillas. Frente a cada una de estas, empotrados en la pared del ábside había haces de columnas entre los que se ocultaban sendos confesonarios, invisibles hasta el momento de colocarse enfrente de ellos. Allí comúnmente ataban y desataban culpas los beneficiados.

Sucédame lo que quiera, me pasará indudablemente menos de ello que de haberos disgustado. Venid dijo la dama , cuya voz tenía todavía el acento irritado, trémulo, conmovido. Y en paso rápido, fuerte, enérgico, tiró la crujía adelante, llegó á una puerta, abrió su pestillo con un llavín dorado, la pasó y repitió con impaciencia: ¡Seguid! ¡Seguid!

La catedral estaba sola. Allí dentro ya empezaba la noche. Ana esperaba sin aliento, resucita a acudir, la seña que la llamase a la celosía.... Pero el confesonario callaba. La mano no aparecía, ya no crujía la madera. Jesús de talla, con los labios pálidos entreabiertos y la mirada de cristal fija, parecía dominado por el espanto, como si esperase una escena trágica inminente.

Esta época fue su crujía funesta, y vivió míseramente de la pluma, preguntando todos los días a la conclusión del artículo: «¿qué hará la Rusia?» y respondiéndose con la más deliciosa buena fe: «no lo sabemos». A Inglaterra la llamaba siempre el Gabinete de Saint-James, y a Francia el Gabinete de las Tullerías.

Preguntar quería el general qué azotes eran aquéllos, o qué desencanto de Dulcinea, cuando dijo el marinero: -Señal hace Monjuí de que hay bajel de remos en la costa por la banda del poniente. Esto oído, saltó el general en la crujía, y dijo: ¡Ea hijos, no se nos vaya! Algún bergantín de cosarios de Argel debe de ser éste que la atalaya nos señala.

Cuando don Fermín se vio encerrado entre las cuatro tablas de su confesonario, se comparó al criminal metido en el cepo. Aquel día las hijas de confesión del Magistral le encontraron distraído, impaciente; le sentían dar vueltas en el banco, la madera del armatoste crujía, las penitencias eran desproporcionadas, enormes.

Palabra del Dia

humanizarse

Otros Mirando