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Actualizado: 25 de julio de 2025
El amo sujetaba al perro, y á despecho de sus alaridos y convulsiones, le untamos bien todas las quemaduras. Luego, temblando de dolor, entró en su casa detrás del amo. Una de las mujeres que asistieron al lance, dijo algunas palabras á mi compañera, que la contestó en buen castellano: no la entiendo á usted.
Sus gigantescos árboles, que se elevan majestuosos á prodigiosas alturas, sirven de poderoso agente de atracción en las infinitas convulsiones del fluído eléctrico, haciendo de reóforos conductores ó pararrayos naturales que devuelven la corriente eléctrica á su depósito común. Todos los años empiezan hacia el mes de Mayo á sentirse los efectos de las conmociones eléctricas.
La letra es suya, y sin embargo parece de distinta mano. ¡Ay! ¡lo que me dice su letra!... Lo veo como al otro, como al infeliz amarrado al poste, cubierto de andrajos, con una delgadez esquelética... ¡Mi hijo! Lubimoff tuvo que oprimir sus dos manos fuertemente, tirar de ellas para sostenerla y que no se arrojase sobre la cama con histéricas convulsiones.
Nadie quería seguirle, cuando los navegantes contemplaron atemorizados el aspecto aterrador de la punta de América, la desolada Tierra del Fuego, y el fúnebre cabo Forward. Esa comarca, arrancada del Continente por violentas convulsiones, por la furiosa ebullición de mil volcanes, aseméjase á una tormenta de granito. Hinchada, resquebrajada por un enfriamiento repentino, su aspecto es horroroso.
Salí de allí muy alegre y regocijado. Angelina salió a encontrarme. Doña Carmelita ha tenido un ataque horroroso, ¡como nunca! Hace mucho tiempo que estaba bien: comía con apetito, dormía tranquilamente.... Es cierto que iba perdiendo las fuerzas, pero no tenía esos ataques, esas convulsiones que a mí me asustan.... Corrí al cuarto de la enferma.
Lázaro le tomó las manos, y notó en ellas un calor excesivo; se atrevió á ponerle la mano en la frente, y creyó tocar un cuerpo inflamado. Al mismo tiempo la santa temblaba, como si su cuerpo recibiera la impresión del hielo. Usted tiene frío, tiene convulsiones dijo; retírese usted.
Calma asimismo de un modo maravilloso las convulsiones de los niños, aun cuando tengan lombrices, en cuyo caso la somnolencia indica la cina; la ignacia tiene tambien sus indicaciones en las convulsiones graves de los niños, y cuyo peligro se puede conjurar con igual facilidad con la manzanilla.
En las sombrías noches de tormenta, se conmueven, parecen tomar parte en las convulsiones del Océano, y, sin sorprenderse, devuelven fuego por fuego á los resplandores celestes. Es preciso recordar que en aquella época , y hasta 1830, todo el mar estaba en tinieblas.
Si tamañas desventuras se tomasen por lo serio, sería cosa de deshacerse en un mar de lágrimas, de morirse de pena y de terror entre convulsiones horribles, y de aborrecer toda vida, y más que ninguna la sardanapalesca, á que se entregaron estos vates ilustres, y cuyos funestos resultados estamos tocando.
El acetato de plomo, tan poco conocido aun, podria ser análogo; necesario es indicar, sin embargo, que el plomo metálico corresponde á las convulsiones epileptiformes que, partiendo del tronco y de las vísceras, convergen hácia las estremidades; el cerebro es el último que se afecta; verificándolo antes la periferia en el cobre.
Palabra del Dia
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