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Actualizado: 23 de junio de 2025


Todo el que me conozca habrá de conocerte a ti; y, conociéndote, no podrá menos de estimarte por lo que vales, que es mucho, y no porque seas mi marido. Los que son sólo conocidos como maridos es porque de otro modo no merecen serlo. Nadie se acordaría de ellos a no ser por sus mujeres.

El número de las comedias de un ingenio, hoy existentes, es muy considerable, y las hay escritas por varios poetas asociados, distinguiéndose, según el número de éstos, por la adición de las palabras de dos, de tres ingenios, etc., no faltando algunos ejemplos de haber trabajado hasta seis en la composición de algunas de estas obras . Quien conozca lo defectuoso de este método de asociación para escribir poesías, adivinará, desde luego, que la mayor parte de las comedias conocidas de dos ó más poetas, son de las más inferiores en mérito del repertorio español.

Pero el recuerdo de su jefe abatió las ilusiones del ingeniero. ¿Que dirá tu padre cuando conozca nuestros amores? Ya conoces por mis cartas la inquietud que esto me causa; me roba el sueño muchas veces... ¿Y tu madre? ¡Qué miedo la tengo!... Somos muy felices amándonos, pero el porvenir nos guarda muchos dolores. ¡Si todos en tu familia fuesen como el doctor!...

He visto, sin embargo, una señorita muy linda a la que desearía querer mucho, pero... Señor cura, borro el "pero" hasta que la conozca mejor. Adiós, mi bueno y venerado padre, usted me permite, ¿verdad? continuar dándole ese nombre. No olvide usted en sus oraciones a su hija respetuosa, Máximo a su hermano. 25 de agosto.

Finalmente, el licenciado le contó a estocadas todos los botones de una media sotanilla que traía vestida, haciéndole tiras los faldamentos, como colas de pulpo; derribóle el sombrero dos veces, y cansóle de manera que de despecho, cólera y rabia asió la espada por la empuñadura, y arrojóla por el aire con tanta fuerza, que uno de los labradores asistentes, que era escribano, que fue por ella, dio después por testimonio que la alongó de casi tres cuartos de legua; el cual testimonio sirve y ha servido para que se conozca y vea con toda verdad cómo la fuerza es vencida del arte.

Beatriz se quedó por un momento mirando a quien así la acariciaba. Reconociéndola al fin, dijo: «¡Rosita!», y le pagó sus besos con otros. Tal vez el curioso y paciente lector que conozca y recuerde la historia del doctor Faustino haya caído ya en quién era Rosita. Rosita parecía inmortal, según se conservaba. Lejos de perder con la edad, podíase asegurar que había ganado.

»No quiero que usted se decida de repente, sino después de examen muy detenido, a fin de que no tenga que arrepentirse de una ligereza. La vida de Madrid debe tener extraordinarios atractivos para las jóvenes. Quiero que vea usted a Madrid, y que conozca y aprecie todos esos atractivos, a fin de que renuncie a ellos, sabiendo lo que renuncia, cuando me un , si por dicha me le da.

El que mejor conozca las calidades de los terrenos, climas, simientes y plantas; el que sepa cuáles son los mejores métodos é instrumentos de labranza, y que mejor acierte en la oportunidad de emplearlos; en una palabra, el que conozca los medios mas á propósito para hacer que la tierra produzca con poco coste, mucho, pronto y bueno.

Quiero gustar por primera vez en mi vida la dulzura del silencio, de la inmovilidad, del incógnito: no ser nadie, que nadie me conozca; no inspirar simpatías ni miedo. Quisiera ser una estatua de esa portada, una pilastra de la catedral, algo inmóvil, sobre cuya superficie resbalasen el tiempo, las alegrías y las tristezas, sin causar estremecimientos ni emociones.

Acaso no logre conocer el espíritu, pero conoce la materia; tal vez no conozca á su criador, pero conoce la criatura; tal vez no logre explicarse la sociedad humana, pero se explica al hombre.

Palabra del Dia

vorsado

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