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Actualizado: 23 de junio de 2025
Que pida de veras a Madama de Angulema q.^e despache con todo fauor al aduogado M.^r Guidemeau, q. me importa q. conozca q. le vale algo mi medio. De V. m. muy seru.^or Ant. Perez. A Mosieur. Mosieur Maridat. Bibl. Nac. de París, Fr., 3.652, fol. 144. Colección Morel Fatio, núm. Exmo. Sr.
El mejor agricultor será pues el que conozca mas verdades relativas á la práctica de su profesion. ¿Cuál es el mejor carpintero? El que mejor conoce la naturaleza y calidades de las maderas, el modo particular de trabajarlas, y el arte de disponerlas del modo mas adaptado al uso á que se destinan.
O al son de mi bolsa cantas, ó si te empeñas en callar, hablan de ti mañana en la villa. Conque hijo, ¿qué quiere don Rodrigo con mi pariente? ¿Vuestro pariente es ese mozo? Archinieto de una archiabuela mía, que era tan noble persona que más arriba que el suyo no hay linaje que se conozca. ¿Me promete vuesa merced guardarme el secreto, don Francisco?
Este corto diálogo basta para que el lector menos avisado conozca de qué se trata. El virrey había llegado a Lima en enero de 1639, y dos meses más tarde su bellísima y joven esposa doña Francisca Henríquez de Ribera, a la que había desembarcado en Paita para no exponerla a los azares de un probable combate naval con los piratas.
Precisamente una de las primeras víctimas de su intemperancia fué el mismísimo P. Procopio, que á las pocas semanas del famoso capítulo mencionado reventó como una bomba..... Quien no conozca á los frailes, quizá imagine que este trágico ejemplo pudo introducir en ellos alguna enmienda; sin embargo, en honor de la verdad debo decir que no la hubo.
Así es que he tenido que preparar algo: ayer matamos un buey el pobre Schwartz, usted sabe que pesaba más de novecientos kilos; traigo aquí el cuarto trasero para la comida de esta mañana. Catalina exclamó Juan Claudio conmovido , por bien que la conozca, siempre encuentro algo nuevo y admirable en usted. Nada le pesa; ni el dinero, ni el trabajo, ni los sacrificios.
Verá usted qué bien me voy a portar ahora. ¿Hombres?, ni mirarlos. No quiero cuentas con ninguno. Mi hijito y nada más. Sí... quien te conozca que te compre. ¡Ah!, usted no me conoce, señora... ¿Cree que...? Ja, ja, ja... Mi hijito, y aquí paz... Verá usted; nos haremos cargo de que es hijo de las tres, y tendrá tres madres en vez de una... A la santa le hizo gracia aquella extraña idea.
Y si no, ¿de qué color son mis ojos? Es que vuestra hermosura me ha deslumbrado, señora, y cuando he vuelto á abrir los ojos me he encontrado á obscuras. Nos siguen más de cerca dijo la dama , y mucho será de que quien nos sigue, á pesar de todo, no me conozca. La noche está obscura, señora; hace tiempo que vamos por calles desiertas: al que estorba se le mata.
Cuando se ha adquirido el hábito de reflexionar sobre las inclinaciones propias, distinguiendo el carácter y la intensidad de cada una de ellas, aun cuando arrastren una que otra vez al espíritu; no lo hacen sin que este conozca la violencia.
¡Señor de Ágreda! ¡Ah! caramba, ¡ya no me acordaba! He reunido infinidad de datos que pueden ser a Vd. de gran utilidad. Poco hay que yo no conozca; pero en fin, lo agradezco mucho... ¿Tiene Vd. ahí los apuntes? Pepe llevaba las cuartillas en el bolsillo, mas no le convenía dárselas allí. No, señor, no las he traído. ¿Qué necesidad tiene nadie de enterarse?
Palabra del Dia
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