Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 27 de junio de 2025


¿Cuentas con los chinos, Hans?... ¡Buena tripulación de conejos!... ¡A los primeros disparos se esconderían en la estiba! Es que no veo tan fácil asaltar un barco. ¿Y cuando tengamos que saltar en tierra para colocar la caldera? ¿La caldera? ¡Ah, ! Olvidaba que vosotros no sabéis aún lo que es la pesca del trépang. Todavía sois marinos de agua dulce.

¿De veras...? Pues no tengas cuidado, hermosa mía, que por tu amor soy capaz, no diré de cazar patos y conejos, sino hasta tigres y leones... Aún más: soy capaz, si lo exiges, hasta de pescar con caña. ¡No tanto! exclamó la joven riendo . Bastará con que alguna vez me acompañes. Te prometo no llevarte lejos. ¡Qué hermosa eres, Clara!

Stein, Momo y Manuel llegaron al mismo tiempo por diversos puntos. El último venía de rondar la hacienda, en ejercicio de sus funciones de guarda; traía en una mano la escopeta y en otra tres perdices y dos conejos.

Los enemigos, viendo el campo roto, Siguieron la victoria tan gozosos, Cual suele el cazador ir por el coto, Matando los conejos temerosos. Cual indio espada, alfange lleva boto De herir y matar, cual los mohosos Cañones de arcabuz lleva bañados De sangre con los sesos misturados.

Llevaba en la cabeza la alta peineta que se gastaba a principios del siglo, lucía hermoso pecho y tenía entre las manos una paloma. Presumí que sería la madre de Gloria. A entrambos lados había dos cuadritos al pastel que decían debajo: «Les petits favoris du jeune âge». El uno representaba un niño dando de comer a algunos conejos. En el compañero se veía a otro niño abrazado a un corderito.

Tengo poder bastante para hacer completamente feliz la vida de esos animales: ellos por su parte me pagan cumplidamente, siendo mis cortesanos, y casi amándome: estoy seguro de que uno solo de mis perros me sea ingrato, y de que uno de mis conejos pretenda robarme o engañarme: las flores me recompensan de mis cuidados por ellas, dándome su fragancia y sus colores; y... en fin... y hablando formalmente, repito que nada me interesa en el mundo más que , que no me necesitas; y si no creyera en Dios y le temiera, hace mucho tiempo que... pero no hablemos de eso.

Pasaron de nuevo, a lomos de los dañadores, el riachuelo vecino al «Mal Paso». El Chispas y su maestro caminaban ágiles, sin el más leve indicio de fatiga, algo descontentos de su faena. Habían perdido la noche: total, docena y media de conejos.

«Llegó un día dijo Guillermina, suspendiendo su labor, para contar el caso a varios amigos de Barbarita , en que las cosas se pusieron muy feas. Amaneció aquel día, y los veintitrés pequeñuelos de Dios que yo había recogido y que estaban en una casucha baja y húmeda de la calle de Zarzal, aposentados como conejos, no tenían qué comer.

Pues bien: hablemos ahora cuanto quieras, de mis patos, mis gallinas, mis conejos, mis perros y mis flores. Ocho días después, me despedí de mi tío y me puse en camino para Italia. Llegué, vi y vencí.

Aún poseía allá algo: un montón de rocas con hierbajos y conejos; una torre ruinosa del tiempo de los piratas. Lo sabía por casualidad desde el día anterior: se lo habían dicho unos payeses de Ibiza que había encontrado en el Borne. Lo mismo es estar allí que en otra parte... Tal vez mucho mejor. Cazaré, pescaré; voy a vivir sin ver gente.

Palabra del Dia

aconséjele

Otros Mirando