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Actualizado: 24 de mayo de 2025
Ni un solo árbol conservaba la forma rectilínea y el abundante ramaje de los días de paz. Los grupos de pinos recordaban las columnatas de los templos ruinosos. Unos se mantenían erguidos en toda su longitud, pero sin el remate de la copa, como fustes que hubiesen perdido su capitel; otros estaban cortados por la mitad, en pico de flauta, lo mismo que las pilastras partidas por el rayo.
Salamanca, en fin, será un mare magnum de portadas, de torres, de columnatas, de ojivas, de retablos, de púlpitos, de pinturas en tabla, en lienzo y al fresco, de sillerías y estatuas de madera, de verjas, de alhajas, de ornamentos, de ropas y de otras venerandas antigüedades.
En El licenciado Vidriera, una de sus novelas, la llama dominadora del mundo y reina de las ciudades, y añade que así como de las garras del león se deduce cuál es su fuerza y su grandeza, así se reconoce la de Roma por sus fragmentos de mármol, sus techos caídos y arruinados baños, sus magníficas columnatas y grandes anfiteatros, y por la corriente sagrada, cuyas orillas santifican innumerables reliquias de mártires, sepultados en sus olas.
El agua, construyendo sin cesar, se cierra el paso, y, buscando continuamente un nuevo cauce, deja detrás grandes balsas, puentes no terminados y bosquejos de admirables columnatas. Montes enteros que el geólogo explora con admiración, han sido formados por los torrentes de agua caliente al salir de las profundidades.
¡Qué hermosas son esas cabezas de náyade con la cabellera coronada de hojas y flores que los artistas helénicos han burilado en sus medallas y esas estatuas de ninfas que han elevado sobre las columnatas y los templos! ¡Cuán encantadoras son esas imágenes ligeras y vaporosas que Goujon ha sabido, no obstante, fijar para los siglos en el mármol de sus fuentes!
Leyendo las Mil y una noches, se complace nuestro espíritu viendo cómo los genios se convierten en vapor y los monstruos nacen de un reguero de sangre; nos gusta contemplar todos los objetos de la naturaleza, bajo los aspectos y formas que adquieren sucesivamente, lo mismo que en el aire caliente del desierto distinguimos tan pronto palacios con columnatas como ejércitos en marcha.
Estáis viendo el griego clásico: pórticos y columnatas. Luego, aparecen obeliscos egipcios, agujas que se lanzan al firmamento, sostenidas por otras agujas caídas. Más allá se distinguen montañas, Ossa sobre Pelion, la ciudad de los Gigantes que, regularizada, os ofrece murallas ciclópeas, tablas y dolmens druídicos. Debajo ábrense sombrías grutas.
Eran escenas mitológicas y bíblicas; damas arrogantes, de abultadas carnes color de rosa, que comparecían ante guerreros rojos o verdes; enormes columnatas; palacios con guirnaldas de flores; cimitarras en alto, cabezas por el suelo, tropeles de caballos panzudos con una pata en alto: todo un mundo de viejas leyendas, pero con tintas frescas a pesar de los siglos, y entre franjas de manzanas y hojarasca.
Desde el año de la terrible muerte del rey emplazado , seis capellanes venian cada noche á decir su vigilia á la capilla mayor cabe la regia huesa: como espíritus del otro mundo allí misteriosamente congregados, deslizábanse silenciosos por las largas y tenebrosas columnatas, murmuraban su rezo, y volvian á dispersarse.
A lo largo de las columnatas alineábase en andanas la riqueza de la casa, la triple fila de toneles acostados, que llevaban en sus caras la cifra del año de la cosecha. Había barricas venerables cubiertas de telarañas y polvo, con la madera tan húmeda, que parecía próxima a deshacerse.
Palabra del Dia
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