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Actualizado: 11 de mayo de 2025
»A todo esto me respondió don Fernando que él se encargaba de hablar a mi padre y hacer con él que hablase al de Luscinda. ¡Oh Mario ambicioso, oh Catilina cruel, oh Sila facinoroso, oh Galalón embustero, oh Vellido traidor, oh Julián vengativo, oh Judas codicioso!
No me decía quién era la persona que en adelante llamaría su compañera y objeto de su existencia, en espera de otros deberes que en lo porvenir veía y a los cuales sonreía codicioso. Comenzó su relato en términos tan vagos que al principio no comprendí bien cuál era exactamente la calidad de aquellos vínculos que le hacían a la vez tan preciso en cuanto a esperanzas y tan mentalmente dichoso.
Andronico codicioso de ganar el presidio de sus mayores enemigos, dió al Spinola siete galeras con su Capitan Mandriol, Genovés de nacion, para que juntas con las diez y siete facilitase mas la empresa. Antonio embarcó á Demetrio, y con veinte y cinco galeras llegó el dia siguiente á las dos después de medio dia á los palomares cerca de Galípoli, y comenzó á desembarcar la gente.
El soldado dijo: -No, sino juguemos hasta cien reales que yo traigo, en amistad. Yo, codicioso, dije que jugaría otros tantos, y el ermitaño, por no hacer mal tercio, aceptó, y dijo que allí llevaba el aceite de la lámpara, que eran hasta doscientos reales. Yo confieso que pensé ser su lechuza y bebérsele, pero ansí le sucedan todos sus intentos al turco.
Ocupaba el solio pontificio Juan Bautista Panfili, que años atrás estuvo en Madrid de nuncio apostólico y que al ser elegido Papa, tomó el nombre de Inocencio X. No han sido con él benévolos los historiadores: pero, sin hacer gran caso del mordaz abate Gualdi, ni de Don Juan Antonio Llorente, se puede creer que por cruel y codicioso, antes fue digno de vituperio que merecedor de alabanza.
El codicioso instinto quería apoderarse de aquel ser milagroso, hacerlo enteramente suyo, mientras la razón reconocía que el amor de uno solo no debía substraerlo a su ministerio de bondad para todos. ¿Cuál es el loco que pretendería que todo el aire fuese exclusivamente suyo? Así, no había sentido celos al saber que pertenecía a otro.
De su plata y tesoro codicioso, Con ánimo tambien de hacer hecho De memorable fama y honroso, Al peligro constante puso el pecho: A sus amigos dice: "poderoso Con vosotros me siento y satisfecho, Si quereis ayudarme, mis hermanos, Contra aquestos soberbios luteranos."
» Y por último agregué aunque no peco de codicioso querría, en pro de nuestra igualdad moral, a fin de evitar todas aquellas cuestiones afectas a intereses materiales, que la elegida de mi corazón fuese poco más o menos tan rica como yo. ¿No piensas también así, Magdalena?
Para el aldeano codicioso no hay ley moral, ni religión, ni nociones claras del bien; todo esto se resuelve en su alma con supersticiones y cálculos groseros, formando un todo inexplicable. Bajo el hipócrita candor, se esconde una aritmética parda que supera en agudeza y perspicacia a cuanto idearon los matemáticos más expertos.
Otras noches a la de D. Juan Estrada-Rosa a lo mismo. A las doce al Casino, donde se reunían unos cuantos trasnochadores y jugaban al monte o la lotería un rato. Por último, a las dos o las tres de la madrugada Jaime Moro caía en su lecho rendido de tan laboriosísima jornada, para comenzar al día siguiente otra enteramente igual. Ni se piense que era un joven codicioso. Nada de eso.
Palabra del Dia
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