Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de junio de 2025
Había caído durante la noche una suave lluvia de verano, refrescando los campos y limpiando de polvo los caminos. Las altas montañas estaban encaperuzadas de niebla, dejando ver en sus pendientes, por entre los rasguños del vapor, la nota blanca de los caseríos y las manchas cobrizas de los robledales.
Era algo de irresistible novedad para este ruedamundo que sólo había conocido cobrizas de carcajada bestial, asiáticas amarillentas de gestos felinos ó europeas de los grandes puertos, que á las primeras palabras piden de beber y cantan sobre las rodillas del invitante, poniéndose su gorra como testimonio de amor. Cinta este era su nombre parecía conocerle toda su vida.
Siempre que se veían en un aprieto al pelear contra los indios, aparecíaseles el apóstol Santiago en su corcel blanco y luminoso, hendiendo las apretadas huestes cobrizas, lo mismo que en España había desbaratado a los infieles musulmanes. La devoción de aquellos hombres dijo Ojeda ha llenado América de imágenes prodigiosas, tantas o más que en la Península.
Y olvidando la habitual parsimonia, deseó que los suyos viajasen lo mismo que una familia reinante, en camarotes de gran lujo y con servidumbre propia. Dos vírgenes cobrizas nacidas en la estancia y elevadas al rango de doncellas de la señora y su hija les siguieron en el viaje, sin que sus ojos oblicuos revelasen asombro ante las mayores novedades.
Niños rubios, sostenidos por criadas cobrizas, adherían a los cristales las rosadas ventosas de sus labios, empañándolos con círculos de vaho, y agitaban las manecitas para saludar a las madres y hermanas que estaban en los salones. Algo nuevo había sobrevenido, sin embargo, mientras Ojeda escribía.
Y reía, efectivamente, al pensar que vivían como unas grandes damas aquellas mozuelas cobrizas, de ojos de brasa, que él había visto merodear sucias y costrosas por los campos de Jerez.
En el fondo del vestíbulo abríase la puerta del salón, y llegábase por este a un pequeño gabinete, tapizado todo de cretona, con grandes flores cobrizas.
Las ancianas, cobrizas y arrugadas, vistiendo trajes obscuros, suspiraban lastimeramente al ver la alegría de la gente moza. Febrer, luego de contemplar un buen rato a toda esta concurrencia, que apenas fijó en él una mirada distraída, fue a colocarse junto a Pep en un corro de payeses viejos.
Los aventureros jóvenes encontraban casi siempre entre las mancebas cobrizas ofrecidas por los azares de su existencia alguna que se apoderaba de su corazón y vivía compartiendo sus peligros. El hidalgo cristiano, al unirse con ella, había creído necesario purificarla con el bautismo el mejor regalo, según las ideas de la época , dándola el nombre de Isabel, en recuerdo de la buena reina.
El hijo del senador adivinó sin duda los pensamientos de ella, y esto le hizo perder su tranquilidad sonriente. Durante tres días no se presentó en casa de Desnoyers. Todos creyeron que estaba retenido por un trabajo oficinesco. Una mañana, al dirigirse Chichí á la avenida del Bosque escoltada por una de sus doncellas cobrizas, vió á un militar que marchaba hacia ella.
Palabra del Dia
Otros Mirando