Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de junio de 2025


Entonces Chonito, clavando en el capellán una mirada casi humana, llena de desprecio, volvió grupas y se alejó corriendo a todo correr, sin dignarse oír las imperativas voces con que lo llamaban.... No hay cómo encarecer lo que se celebró este rasgo de inteligencia a la hora de la cena.

Y sin plegar casi el trapo, embestimos la playa, clavando la proa en la arena. ¡Señor, qué modo de trabajar! Aún me parece un sueño cuando lo recuerdo. Todo el pueblo se tiró sobre la barca, la tomó por asalto: los chicuelos se deslizaban como ratas en la cala. ¡Aprisa! ¡Aprisa! ¡Que vienen los del gobierno!

El fraile vacila un instante, pero clavando en la joven una mirada de arrobamiento, cual si hablase a una santa aparición, agrega con voz estremecida: Yo le conocí en Huancavelica, hará cosa de seis años.

Más adelante, cuando se vio sola, se detuvo, y poniéndose el dedo en la frente y clavando los ojos en el suelo con la vaguedad que imprime a aquel sentido la duda, se hizo esta pregunta: ¿Pero yo estoy alegre o estoy triste

En las casas particulares preparaban alojamientos de oficiales. Los únicos que mostraban alguna inquietud eran los Museos. Un día, al entrar en la Pinacoteca, encontré desnudas las paredes, y a los empleados clavando grandes cajones llenos de cuadros preparados para salir hacia el Sur.

¡Cómo le pican! exclamaba el público con risa feroz. Cesaron de rugir y estallar las banderillas. Hervía el carbonizado pescuezo con burbujas de grasa. El toro, al no sentir la quemazón del fuego, quedó inmóvil, jadeante, con la cabeza humillada, sacando una lengua seca, de rojo obscuro. Otro banderillero se aproximó a él, clavando un segundo par.

Mucho tiempo después de haber abandonado toda pretensión de poetisa, aún se hablaba delante de ella con maliciosa complacencia de las literatas. Ana se turbaba, como si se tratase de algún crimen suyo que se hubiera descubierto. En una mujer hermosa es imperdonable el vicio de escribir decía el baroncito, clavando los ojos en Ana y creyendo agradarla.

Ahora... ahora, clavando las uñas en la franela roja del barandal, sentía que el corazón se le inundaba de hiel y veneno: nada, estaba visto que era tonta; ¿por qué no echó la carta en el correo? Pero no; esa miserable y artera venganza no la satisfacía; cara a cara, sin miedo ni engaño, con la misma generosidad de los personajes del drama, debía ella pedir cuenta de sus agravios.

¡Y no les diste una bofetada! exclamó D.ª María, clavando sus dedos en el cuero del sillón. ¡Quía! Me eché a reír y les dije que ya pensaba ir a Francia con el Sr. de Santorcaz, que es mi amigo y ha de ser mi maestro cuando me case.

Ajústeme usted tales medidas, digo yo ahora; y perdónese lo vulgar de la frase. ¿Cómo compaginar que los poetas son la luz del mundo, nuestra guía y nuestro faro, y que son al mismo tiempo locos? Todo se entiende si consideramos la tal locura como frenesí divino, como furor sagrado que el estro infunde, clavando su aguijón agudo en el pecho del vate.

Palabra del Dia

cabalgaría

Otros Mirando