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Actualizado: 20 de junio de 2025


Eran seres que sólo se podían desenvolver en ese ambiente verdoso y translúcido y a él había que acudir para continuar la plática interrumpida». Estas tres citas hechas de memoria constituyen una explicación y una defensa de la embriaguez de los poetas.

Una vez, en una reunión, estuve á punto de sorprenderlas en el cuarto de mi amada. Tenían un modo especial de darse citas, aun en mi presencia, sin que pareciese que se hablaban. Lea, como por juego, cogía á Juana en sus brazos y se ponían á bailar desenfrenadamente, hasta que faltas de aliento, casi asfixiadas, caían en un sofá, donde permanecían juntas como en una especie de letargo.

EL JUEZ. No comprendo cómo la Reforma electoral le ha impulsado a llevar a una menor a una casa de citas. ELOY. Porque usted no conoce la perfidia de los competidores. Voy a desenvolver ante usted toda la canallada de mis adversarios. ¡Podría hacerse con ella una película...! Está usted aquí para defenderse y yo le escucho con paciencia. ELOY. Mi historia será breve.

Tenía Pilar, de edad entonces de veintitrés años, la malicia precoz que distingue a las señoritas que, con un pie en la aristocracia por sus relaciones y otro en la clase media por sus antecedentes, conocen todos los lados de la sociedad, y así averiguan quién da citas a los duques, como quién se cartea con la vecina del tercero.

V. las citas que hacemos más abajo, de Cervantes y Agustín de Rojas. Las primeras dos elegantes y graciosas comedias del excelente poeta y representante Lope de Rueda, sacadas á luz por Juan de Timoneda: estas son Comedia Eufemia y Comedia Armelina. Valencia, 1567. Sevilla, 1576. Las segundas dos comedias de Lope de Rueda; Comedia de los engaños y Comedia Medora. Idem.

Caracteriza singularmente sus primeros libros la copiosidad en las citas. Sus enormes lecturas enciclopédicas las va volcando allí; junto a la observación personal de hombres, hechos y cosas que el espectador diestro descubre al solo golpe de vista, irá la cláusula pertinente del autor nacional o extranjero con quien hermana o coincide, acompañada de una sabrosa acotación suya.

La comida era ademas algo indigesta; el sueño de la siesta ha sido demasiado breve, y no sin alguna pesadilla. ¿Se quiere mas? ¿No son estos motivos bastante poderosos para trastornar el espíritu de un hombre grave y modificar sus opiniones? A pesar de todas las citas, ¿quién os ha llevado á su casa bajo una constelacion tan infausta? Tal es el hombre; la menor cosa le desconcierta, le hace otro.

El español no acude puntualmente a las citas, no porque considere que el tiempo es una cosa preciosa, sino, al contrario, porque el tiempo no tiene importancia para nadie en España. No somos superiores, somos inferiores al tiempo. No estamos por encima, sino por debajo, de la puntualidad. En España hay conversaciones de hombres y conversaciones de mujeres.

Yo bien que las notas de desaliento y de dolor, que la absoluta sinceridad del pensamiento virtud todavía más grande que la esperanza ha podido hacer brotar de las torturas de vuestra meditación, en las tristes e inevitables citas de la Duda, no eran indicio de un estado de alma permanente ni significaron en ningún caso vuestra desconfianza respecto de la eterna virtualidad de la Vida.

Todo se andará, Y escucha, prenda, que el bien y el mal nunca vienen solos. Lo que tiene gracia es que ese caballero está liado con una señora de alto copete, condesa creo que es, y para verse con seguridad han puesto un cuartito..., ¡vaya un gabinete!, donde tienen sus citas. ¿Y nosotros qué sacamos con eso? Ahora lo verás. Te digo que es un gabinete como una caja de dulces: ¡con un lujo!

Palabra del Dia

vorsado

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