Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de junio de 2025
Son muy raros los que compulsan serenamente las condiciones de las muchachas que tratan para elegir al fin la que más convenga, y esto mismo es antipático, casi inmoral: ¡se quiere porque sí y sepa Dios por qué! ¡Así son los chascos! ¡Perfectamente! pero es preferible equivocarse sin calcular a equivocarse calculando.
Mucho más hermosas me parecerán a mí, que jamás las he visto, que a vosotras que estáis saciadas de verlas.... No creas tú, Florentina, que yo no comprendo las bellezas; las siento en mí de tal modo, que casi, casi suplo con mi pensamiento la falta de la vista. Eso sí que es admirable.... Por más que digas replicó Florentina siempre te resultarán algunos buenos chascos cuando abras los ojos.
Volvió a la calle porque la voz se le mudaba, que era para el caso como perderla; y con la edad de comenzar las pasiones a abrir sus yemas, coincidió la mayor pobreza de su vida, por lo que no fue extraño, o a él no se lo pareció, que por aquellos días sus expedientes para procurarse el sustento y lo demás que necesita un mozo suelto y sin escrúpulos, fuesen del todo incompatibles con los rigores de la ley civil y criminal; sin que esto quisiera decir que llegase a robar, al menos con violencia; sino que, recordando tradiciones familiares, inventó industrias alegres y vistosas, como juegos de feria, con moderada trampa, inocentes chascos, justo castigo de tontos avarientos y confiados necios, en que el provecho que a él, a Mingo, le quedaba entre las uñas, era apenas la necesaria retribución de su trabajo, que hubiera sido exigua cotejada con el riesgo y con el primor y gracia de las trazas inventadas.
Las minas de hierro y de carbón que empezaban a explotarse en aquella provincia por entonces, daban mil chascos a cada momento, y no pocos de ellos redundaron en perjuicio de las acciones de Emma que Nepomuceno había comprado, siempre diligente en el cuidado de la hacienda de su antigua pupila.
Ha pasado toda la noche en viaje... La víspera, en las carreras de Hoppegarten, se ha ganado el gran premio... una carrera infernal... sin embargo, no se ha desnucado... Después, ha bebido como un pozo... y, con todo, ahí lo tienen ustedes fresco y resuelto como un joven dios... Dice que va a bailar como un trompo... Ha traído chascos, fuegos artificiales... Necesita inmediatamente dos docenas de hombres para enseñarles el manejo de las piezas, etcétera.
Si yo fuese blanda, el tío Polo no saldría nunca de aquí. Le tiene ley a lo que guiso... Y en cuanto a abundancia, ¡echa y no te canses! Todos los días hay rancho para un regimiento... ¡Y los chascos son buenos! A lo mejor, crees estar comiendo alubias, y te tropiezas con un pedazo de bisté.
Pues así rompo yo una pared si me la ponen entre ella y yo». iv Este símil hubo de impresionar vivamente a la gran doña Lupe, que contempló un rato a su sobrino con más lástima que ira. «Yo me he llevado chascos en mi vida dijo meneando la cabeza como los muñecos que tienen un alambre en el pescuezo ; pero un chasco como este no me lo he llevado nunca.
Lo de siempre, apuritos. Ya no hay incautos que fíen a esa gente el valor de dos reales. La casta de bobos se va acabando a fuerza de recibir chascos». La boca de Rosalía tenía un sello. No osaba pronunciar una sola palabra. Clavados en su mente, como un Inri, tenía la imagen de Torres y los funestos guarismos de la suma que era indispensable pagarle.
En Sarrió no hallaría un muchacho mejor que él. Nadie tacharía, seguramente, el matrimonio de desproporcionado. ¿O es que esperaba un príncipe de la sangre?... Pues que no se descuidara mucho, porque la juventud de las mujeres pasa pronto, y se han llevado en estos asuntos bastantes chascos...» La joven escuchó la filípica de su cuñado hasta el fin, sin mover un dedo siquiera.
Yo no creo que haya nadie malo, malo de todas veras. ¡Me he llevado tantos chascos!... tantas veces me ha pasado ver que una persona con fama de perversa salía de buenas a primeras con un acto de los más cristianos, que ya no me sorprendo de ver saltar el bien en donde menos se piensa. Que usted ha tenido sus extravíos, todo el mundo lo sabe. ¿Para qué hemos de decir otra cosa?».
Palabra del Dia
Otros Mirando