Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 17 de junio de 2025


A esta pregunta toda la animacion de Quiroga se deshizo como un sueño; la voz de acariciadora se trasformó en plañidera, se dobló más y juntando ambas manos y elevándolas á la altura de su rostro, forma de la salutacion china, gimió: ¡Uuh, siño Simoun! ¡mia pelilo, mia luinalo! Cómo, chino Quiroga, ¿perdido y arruinado? ¡y tantas botellas de champagne y tantos convidados!

Retiráronse de muy buen humor a la fonda, y al llegar a ella vieron que en el comedor había mucha gente. Era un banquete de boda. Los novios eran españoles anglicanizados de Gibraltar. Los esposos Santa Cruz fueron invitados a tomar algo, pero lo rehusaron; únicamente bebieron un poco de Champagne, por que no dijeran.

En el sitio de cada convidado se coloca un plato; a la izquierda el tenedor, a la derecha la cuchara y el cuchillo en un porta-cuchillos. Colocar los vasos de derecha a izquierda, por orden de tamaño; vaso para agua, para Burdeos, para Madera; copa para Champagne. El vino del Rhin se sirve en vaso de color, los licores en copitas a propósito.

¡Yo!... sería inútil; tengo la cabeza muy fuerte para el champagne... Bebamos otra vez... ¡bebamos por nuestra amistad! Yo levanté la copa junto con ella, y juntos apuramos su contenido. Usted es una mujer de hielo le dije. ¿Yo? ¡qué disparate! usted no me conoce, yo lo que soy es una mujer caprichosa... ¿Cree usted que con una mujer de hielo habría usted hecho lo que ha hecho esta noche?

No hubo champagne, porque ni el Barón ni yo gustamos de ese vino, con algún pesar de Madame Duval, que gusta de él más que de nada. Mi pobrecita hija Lucía, que apenas contaba entonces siete años, inocente como un ángel, luminosa, bella y serena como el lucero del alba, fue la cuarta persona que estuvo en la mesa y comió con nosotros.

Allí se sirvió el almuerzo, encontrándonos envueltos en los frescos efluvios, pudiendo jurar á mis lectores, que pocos recuerdo como aquel. El Burdeos y el Champagne concluyeron de disipar las últimas nubes de emoción, sustituyéndolas por risueños horizontes de color de rosa.

Mi señor suegro, que, como los gatos, caía siempre sobre sus patas, había resuelto aprovechar mi popularidad y renovar relaciones, en ocasión de nuestras bodas, con un montón de gente que, por prudencia, había dejado de tratarse con él desde hacía años. Desató, pues, los cordones de su bolsa, y organizó una fiesta monstruo en la que el champagne debía correr a mares, según su expresión.

Elena sacudió la cabeza riendo a carcajadas. En el amplio comedor se habían colocado dos mesas a las cuales se sentaron más de cincuenta invitados. A los postres se desbordó un río de champagne y otro río aún más caudaloso de brindis en prosa y verso. Los desdichados novios quedaron por más de una hora sumergidos entre ellos. No faltó al cabo una mano caritativa que los sacó de aquel abismo.

Se están poniendo bien las cosas, a fe mía... El ciento de pintón, que estaba la semana pasada a diez reales, ahora me lo quieren cobrar a once y medio, y el pardo a diez y medio. Estoy volada. Los materiales por las nubes... Samaniego se empeñó en que la santa había de tomar una copa de Champagne. «¿Pero qué has creído de , viciosote? ¡Yo beber esas porquerías!... ¿Cuándo cobras, mañana?

Me dirigieron varias preguntas, me invadieron de varios modos, me hablaron de diferentes frutas, vinos y licores; pero yo me parapeté acérrimamente, y no habia santos del cielo que me sacasen de mis aspilleras. ¡Merci! ¡Merci! contestaba yo á diestro y siniestro á todo lo que me proponian. ¿Voulez-vous Champagne? ¿Quiere usted vino de Champagne? ¡Merci! ¿Rhin? ¡Merci! ¿Château-amer? ¡Merci!

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando