Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 28 de noviembre de 2025


La atraje hacia , le prodigué mil palabras cariñosas, y traté de alejar con mis caricias el temor, la inquietud de su espíritu. Ella bebía con amor cada una de mis palabras; su rostro febricitante estaba pendiente de mis labios y de vez en cuando un débil suspiro se escapaba de su pecho. ¡Oh! ¿Por qué no has estado siempre a mi lado? exclamó, acariciándome las manos.

Un fuerte abrazo dio la marquesa a D. Francisco, deseándole con toda el alma completo restablecimiento; besó a los niños, y por último, se despidió de su amiga en la puerta con toda suerte de mimos y caricias.

A las cinco se sirvió la comida. Las mestizas no se presentaron. La mar se había rizado á las caricias de un fresco Noroeste. Los balances cada vez más sensibles avivaron la comida, que fué servida en la cámara.

De niña la conocimos recibiendo las caricias de Guzmán; y también sabe el lector, bajo la fe de nuestra palabra, que tres años después todo había crecido en ella con prodigioso equilibrio: lo físico y lo moral, las perfecciones del cuerpo y las del alma. Pues a los diez y ocho era eso mismo, en las debidas proporciones.

El gallo es objeto de muchísimos cuidados y caricias; come, canta y duerme en los brazos de su amo; no se aparta de su pensamiento, y hasta lo he visto celebrado en verso en les términos más afectuosos.

Llegó a la catedral. Entró en el coro. El Palomo barría. Don Fermín le habló con caricias en la voz. Le debía muchos desagravios. ¡Cuántos sofiones inútiles había sufrido el pobre perrero! Ahora le halagaba, alababa su celo, su amor a la catedral; el Palomo, pasmado y agradecido, se deshacía en cumplidos y buenas palabras.

Léanse detenidamente las páginas que Arago consagra á Marianas, y se verá que todo se reduce á decir que no hubo chamorra ni carolina, que primero por su linda cara, y después por un relicario, no le ofreciera sus caricias.

No se concibe que esa cuna esté sola: que la madre la abandone por un momento; el sueño de ese ser debe ser velado por ella, porque, si ella falta un instante, creeríase que esa vida embrionaria se extinguiría, falta del calor materno, de sus besos y de sus caricias. ¿Hay algo más bello que un niño que duerme?

Si no es eso ¿qué tendría que ir a hacer todos los días a la granja? Creo que el hijo de Marta justifica suficientemente su conducta. ¡Naturalmente! ¡Naturalmente! ¡Cuántas cosas te hacen creer con cuentos de nodriza! Ella sabe bien por qué lo hace y por qué ama a ese pobre niño hasta comérselo a caricias: ¡conoce el camino que lleva al corazón del padre!

Y desde aquel día, para él fueron las golosinas, los regalitos de imágenes y medallas y las caricias que el viejo santurrón escatimaba a sus hijos. ¡Lo que se dijo en el barrio, se repitió, se inventó y se propaló a los cuatro vientos!

Palabra del Dia

aquietaron

Otros Mirando