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Actualizado: 5 de julio de 2025


¡Se atreve M. Arago á hablar de humanidad! ¡Válgame Dios, y cómo se escribe la historia! En la infinidad de naufragios, en el sinnúmero de siniestros que por su situación ha presenciado Guajan, jamás han dejado sus habitantes y sus Gobernadores, de hacer muchísimo más de lo que dicta la caridad oficial y la reciprocidad del derecho de gentes. Lea M. Arago el naufragio de su compatriota Mme.

Esto podemos contestar á las páginas de Arago respecto á humanidad; en cuanto á los dicharachos puestos en boca de Petit, le recordaremos, que si hay islas de Saipan, también hay Geronas y Bailenes, y que si creía fácil tomarse la justicia, frente las playas de Marianas, no la encontraron tan fácil sus compatriotas frente los pechos de los zaragozanos.

Mucho, muchísimo más podríamos decir respecto á M. Arago, el cual nos consta por fidedignas autoridades, que en el tiempo que residió en las islas, fué objeto de cuantas deferencias y atenciones se le pudieron ofrecer, á pesar de los escasos recursos de la localidad. ¡La ingratitud siempre frente al beneficio!

No se crea por lo anterior que en Marianas no hay mujeres, que las hay y muchas, pero ... pero francamente, y con perdón sea dicho de la Mariquita y la Ángela de M. Arago, entre todas no componen ni una caricatura de las de allá, ni un octavo de cuartilla de las que tan mal empleó el escritor francés al ocuparse de Marianas.

M. Arago. Ingratitud. Caridad española. El Archipiélago de Marianas lo compone una cordillera de islas, enclavadas en el gran Océano Pacfico. Corren de Sur á Norte, desde la principal llamada Guajan, residencia del Gobernador y demás autoridades.

Léanse detenidamente las páginas que Arago consagra á Marianas, y se verá que todo se reduce á decir que no hubo chamorra ni carolina, que primero por su linda cara, y después por un relicario, no le ofreciera sus caricias.

Los pocos narradores de aquellas islas habrán podido equivocarse, es más, de hecho se han equivocado en algunas cosas; en cambio M. Arago, escritor á quien aludimos, es muy posible no haya dicho una sola verdad en las páginas que consagra á las Marianas. Mas continuemos su historia.

Esto, y ver por doquier restos humanos consumidos por la lepra, enterrar á todo el que buenamente le parece á consecuencia de dicha enfermedad, crear tipos á su capricho, y acusar de no cuántas cosas á los poseedores de aquellas islas, hasta el punto de conceptuarlos como un mal para la humanidad, completan las páginas de M. Arago, salpicadas de cuando en cuando con bravatas que son fáciles de escribir ya que no de realizar.

Palabra del Dia

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