Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de junio de 2025


El silencio era tétrico, el tiempo pasaba con lentitud, medido por el chisporroteo del candil y por un clamor ya exhausto, que más se parecía al aullido del animal espirante que a la queja humana. Media noche era por filo cuando Chinto entró acompañado del médico.

3 ¿Por qué somos tenidos por bestias? ¿En vuestros ojos somos viles? 5 Ciertamente la luz de los impíos será apagada, y no resplandecerá la centella de su fuego. 6 La luz se oscurecerá en su tienda, y su candil se apagará sobre él. 8 Porque red será echada en sus pies, y sobre red andará. 9 Lazo prenderá su calcañar; esforzará contra él los sedientos.

Un vecino, declarándose competente en la materia, pidió permiso para echar su cuarto a espada, cogió el candil, y aunque también dio un fiasco absoluto, me permitió ver vagando por el cuarto de una venta, en las montañas andinas, la vera efigie de Don Quijote, cuando abandonaba el lecho a altas horas de la noche y paseaba su escueta figura, gesticulando a la lectura de las famosas hazañas de Galaor.

Si alguno osaba requebrarla al pasar o seguirla con descaro, ya sabría él despacharlo al otro mundo por el más listo de los correos, con una oblea harto roja en medio del pecho. Una noche, metido en la cama, fuese quedando dormido sin apagar el candil. La llama sobredoraba sus visiones. Estaba casado con Beatriz y era capitán de corazas en alguna tierra de América.

El revolucionario pensaba en el Maestrico, en aquel muchacho que había visto escribir trabajosamente a la luz del candil, en la gañanía de Matanzuela. Tal vez aquella alma simple contemplaba mejor el porvenir al través de su sencilla fe, que él con su indignación, que ansiaba destruir inmediatamente todo lo malo. Lo primero era crear hombres nuevos, antes de ir a la supresión del mundo caduco.

Vivía aún, estaba cierto de ello, pero su vida era anormal, extraña, una larga vida de sombra e inconsciencia, con ligeros intervalos de luz. Abría los ojos y era de noche. El ventanillo estaba negro y la llama del candil lo coloreaba todo de inquietas manchas rojas que danzaban agarradas a las sombras. Volvía a abrirlos cuando sólo consideraba transcurridos unos instantes, y era ya de día.

10 Y haré perder de entre ellos voz de gozo y voz de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz de muelas, y luz de candil. 11 Y toda esta tierra será puesta en soledad, en espanto; y servirán estos gentiles al rey de Babilonia setenta años.

Yo me alegro de que hayas venido. Lo que hago es extrañarlo, por lo mismo que de mañana no vienes nunca. ¿Qué nueva, pues, no menos importante que el anuncio de tu boda, puede hoy moverte a visitarme tan temprano? Vengo aquí de embajadora: te traigo un recado que arde en un candil. ¿De quién es el recado? Del Sr. D. Jaime Pimentel dijo doña Manolita.

No lo dudo contestaba el santo varón . Pero ¿le dan más importancia?..., ¿es más feliz que aquí? Este es el problema. Para volver a encontrar al protagonista de esta verídica historia, no nos bastaría ya la luz del candil de su taberna.

En el hogar hervían varios pucheros vigilados por mujeres puestas de rodillas, y bajo el candil estaba sentado el arreador, el segundo funcionario de la casa, el que acompañaba a los braceros al tajo y vigilaba sus faenas, excitándolos con duras palabras; el que en unión con el aperador formaba lo que llamaban los gañanes el gobierno del cortijo.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando