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Actualizado: 15 de mayo de 2025


Abandonaron la caldera, que rodó hasta la llanura chocando de roca en roca, y con el corazón oprimido por la angustia y la frente bañada en frío sudor, atravesaron la última línea de rocas y bajaron hacia la playa. El Capitán no se había equivocado: en el campamento reinaba el desorden más espantoso.

Ya anochecido, pasò de la banda del N un indio Mataguayo: convidéle á cenar conmigo, y despues de haber cenado bien, se despidió con señales de amigo, y á la media noche vino por el agua con otros cinco indios, y nos hurtaron la caldera de calentar agua, un plato de estaño y otras cosas.

Vuestros sobrinos, que son muy buenos tiradores, se encargarán de tener a raya a los salvajes. Tienes razón, viejo mío. Si el alba nos sorprende lejos del campamento, estos tunos se nos echarán encima y tendremos que abandonar la caldera. ¡Hans, Cornelio!: os confiamos nuestra defensa. El primero que se acerque demasiado es hombre muerto dijo Cornelio . Mis balas van adonde yo las mando.

No más cubiletes de cerveza ni medias raciones de cecina, cuanto te veas otra vez en Horla, sino vino gascón á diario y carne asada hasta que te hartes. Lo que en Horla haré, sargento, si allá llego otra vez, está por ver; lo que es que por ahora voy á meter mi casco en esa caldera y á comer cuanto pueda, por si no volvemos á ver un guiso en todo el día.

Cuando fondeamos, un marinero a quien la jaula incomodaba para alguna maniobra, la colocó impensadamente sobre la parte de la caldera que sobresalía en la cubierta.

Y cuando unos tíos repugnantes llegaron en un carro para llevarse su caballo á la «Caldera» , donde convertirían su esqueleto en hueso de pulida brillantez y sus carnes en abono fecundizante, lloraban los chicos, gritando desde la puerta un adiós interminable al pobre Morrut, que se alejaba con las patas rígidas y la cabeza balanceante, mientras la madre, como si tuviese un horrible presentimiento, se arrojaba con los brazos abiertos sobre el enfermito.

¡Bah!... En todo caso, Máximo no piensa como un amigo nuestro, que la belleza es una virtud que dispensa de las otras... Por el momento, el pobre parece un gato escapado de la caldera... y tiene un saludable temor de la mujer... lo que es el principio de la sabiduría... Dejemos hacer al tiempo... Entretanto, lo tendremos más a nuestro lado, ya que se ha desembarazado de esa muchacha.

-Paréceme -respondió Sancho- que vuesa merced es como lo que dicen: "Dijo la sartén a la caldera: Quítate allá ojinegra". Estáme reprehendiendo que no diga yo refranes, y ensártalos vuesa merced de dos en dos.

Cuando me vi en salvo, he aquí lo que observé y cómo me cuenta de todo lo ocurrido en tan poco tiempo. El terraplén se había hundido hacia la izquierda; la locomotora volcó por allí, encorvando el rail sobre que gravitaba; pero, como marchaba al mismo tiempo que caía, se encontró con el rail siguiente, que atravesó la caldera de parte á parte.

Estas ventajas fueron mal aprovechadas por Ronquillo que atraído por la vida regalada que se hacía en Manila, propuso y fué aprobado el abandono del fuerte de Tampacan, quedando sólo en Mindanao un pequeño destacamento en el puerto de la Caldera al O. de Zamboanga .

Palabra del Dia

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