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Cuando entró con su padre, don Alejandro y su amigo el comandante discutían sobre unas noticias políticas que el primero acababa de leer en los periódicos, y Nieves, sentada en el balcón, se adormecía al arrullo de las lejanas rompientes de la mar... Leto, que cabalmente flaqueaba por el lado de la travesura para entretener a las mujeres, y aquella noche mucho más, iba y venía de la sala al balcón y del balcón a la sala, pescando aquí dos palabras y dirigiendo allá otras dos a Nieves que estaba muy poco habladora.

Después exclamó: Pero ¿es posible que con tal descaro se mienta? ¡Si cabalmente lo que más gracia me hace en ese hombre dijo al cabo S.E. es su especial habilidad para mentir sin faltar por completo a la verdad! No comprendo... ¿A usted le ha dicho, quizá, que ha sido embajador? Poco menos...; y que los gobiernos han combatido siempre en las urnas su candidatura, por el miedo que les inspiraba.

He ahí, he ahí cabalmente lo que yo dije á la Dorotea: ¡la prueba! ¿Y esa mujerzuela tenía la prueba de la deshonra de su majestad? La tenía. ¿Pero qué tiene que ver esa perdida con la reina? ¿quién ha podido darla esa prueba? El duque de Lerma. Me vais á volver loco, señor Gabriel; no atino... No es muy fácil atinar.

Huyendo de los golpes que le contundían, trató de refugiarse en la iglesia; pero cabalmente comenzaba a salir entonces la gente; y aun quiso su mala fortuna que el primero que salía fuera Nilo Chuecas, el colaborador poeta de los Cantares tiernos; el cual, al verse cara a cara con el sabio, le plantó en ella el mejor par de bofetones que se había dado en Villavieja muchos años hacía.

Poniéndome en marcha hacia la casa del médico, a quien deseaba pagar su visita aquel día, despedíme del Tarumbo; pero éste, atajándome a la mitad de la despedida, díjome que «payá» iba él también, porque cabalmente estaban las dos casas, la suya y la del médico, frente por frente, y echó a andar a mi lado.

Y además; ¿por qué ha de ser cabalmente ese flúido que apellidamos luz, el que nos cause esta impresion? ¿Qué repugnancia se descubre en que la misma sensacion de ver dimane de otras afecciones cerebrales?

Quevedo hizo con el brazo la señal de una estocada á fondo. Cabalmente. Perdonad; pero vos no sois cristiano, amigo Juan. ¿Por qué me decís eso? ¿no os he dejado tiempo para poneros en defensa? Dígolo, porque vuestro rencor no cede. ¿No os habéis satisfecho con haber desarmado hace dos horas á don Rodrigo Calderón, sino que pretendéis matarle?

Estoy entusiasmado, y me parece que antes de venir al ejército era yo un zoquete. Cabalmente recuerdo que he pensado alguna vez en eso que usted me dice ahora...; ..., allá, cuando iba a misa con mi madre a las Dominicas. Estas cosas, D. Diego, son la vida añadió Santorcaz ; son la juventud y la alegría.

Pues eso es cabalmente lo que debe decirse de los españoles, que van á Francia para traerse la grotesca palabra Bolsa, arrinconando, para que crie moho, la palabra lonja; término propio, lógico, natural, en relacion perfecta con las tradiciones de nuestro idioma; con su pensamiento y con su melodía; es decir, en perfecta relacion con su etimología, con su filosofía y con su esthética.

Pues eso fue cabalmente lo que hizo, apretando a la hija de sus entrañas con un abrazo y estrechando con la otra mano la del marqués de Peñalta. Vosotros no me abandonaréis, ¿verdad, hijos míos? dijo el anciano levantando su noble rostro varonil bañado en lágrimas. Ricardo estrechó con más fuerza su mano. Marta apretó con más fuerza su cuello.