Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 28 de mayo de 2025


5 Y ambos a dos, el maestresala y el panadero del rey de Egipto, que estaban presos en la cárcel, soñaron un sueño, cada uno su sueño en una misma noche, cada uno conforme a la declaración de su sueño. Contádmelo ahora. 9 Entonces el principal de los maestresalas contó su sueño a José, y le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de ,

¿Y usted, señor de acá? le preguntaron de allí a poco, ¿qué es? ¿quién es? Soy español y me llamo don Juan Fernández. Para servir a Dios dijo el padre. Y a Su Majestad la reina nuestra señora añadió muy complacido y satisfecho el español. A la cárcel gritó una voz; a la cárcel gritaron mil. Pero, señor, ¿por qué?

Al día siguiente, cuando fué conocido el robo, promovióse gran alboroto en el barrio, poniéndose en aquel punto en movimiento la justicia, la cual tuvo la suerte de dar, de allí á pocos días, con el ladrón sacrílego, que, encerrado en la Cárcel Real, fué condenado á muerte muy luego.

Martín salió de casa de su cuñado silbando alegremente. Al llegar cerca de su posada, dos serenos que parecían estar espiándole se le acercaron y le mandaron callar de mala manera. ¡Hombre! ¿No se puede silbar? preguntó Martín. No, señor. Bueno. No silbaré. Y si replica usted, va usted a la cárcel. No replico. ¡Hala! ¡Hala! A la cárcel.

Leyósele su sentencia con méritos; abjuró formalmente sus errores y fue reconciliado en forma, advertido gravemente, reprendido y conminado, condenado a cárcel y hábito por un año, y en confiscación de bienes. Jerónima Pomar, mujer de Pedro Juan Miró, mercante de oficio, natural y vecina de esta Ciudad, de edad de cincuenta y nueve años, presa por delito de judaismo.

58 Pues cuando vas al magistrado con tu adversario, procura en el camino librarte de él; para que no te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás de allá, hasta que hayas pagado hasta el último centavo.

Descubierto á los pocos momentos el crimen, don Pedro de Córdoba y Guzmán no tardó en ser preso y traído á la cárcel real de Sevilla, siendo condenado á muerte al poco tiempo.

Esta pintoresca ría está separada del mar por una barrera muy alta: un monte negro y pedregoso, rajado de alto abajo, quedando así un boquete muy angosto donde se cuelan las aguas y los barcos, y se ve el Cantábrico, mirando desde adentro, como un pedazo de cielo a través de las rejas de una cárcel.

Si yo te abandono, pasará un día y otro día sin que nadie se atreva á hacer cosa alguna para salvarte. Ese joven, á quien yo he sacado de la cárcel, tiene una imaginación disparatada; pero no resolución ni ánimo para sacarte de penas. Esta es la verdad: no esperes nada de quien nada puede ni nada sabe hacer por ti. Créeme: no tienes más esperanza que yo.

Continuóse por algunos días con singularísimas demostraciones de gozo en toda la Ciudad la función sagrada de bautizar a todos, sin quedar, ni de los que estaban en la cárcel, ni de los que se habían hecho al monte fugitivos, ni de los que por otros accidentes se hallaban ausentes de la Ciudad, Judío alguno, que no se bautizara: de manera que quemados los Talmudes y otros libros y alhajas de la sinagoga, concluyen dichas memorias con afirmar, que ahora ya ni hay judería, ni Judíos, pues todos se han hecho Cristianos; por donde dice el Ilustrísimo Obispo: Podemos decir con ellos, lo que aquel Santo Varón Simeon dijo teniendo en sus manos al Redentor de la vida, prometido en la ley y anunciado por los Profetas, que había de venir, para la salud del mundo: hoy enviais Señor en paz a vuestro siervo; pues han visto mis ojos vuestra salud, y la lumbre, y la Gloria de vuestro pueblo Cristiano.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando