United States or Singapore ? Vote for the TOP Country of the Week !


La condesa se irritó. Y bien dijo , me desprecias; á nada te avienes; quieres verte libre de ... quieres burlarme; que se pierda, pues, don Juan; piérdete y piérdame yo en buen hora... todo me importa nada. Malhaya, amén, la primera mujer que vino al mundo para producir mujeres exclamó perdida ya la paciencia Quevedo.

¡Toma! dijo el marmitón , creo que tengo razón para burlarme. ¿Por qué no trabajan? Los duques son hombres como los demás. ¡Muchacho! exclamó gravemente el mayordomo , estás diciendo cosas incoherentes. La prueba de que no son hombres como los demás, es que yo, tu superior, no sería ni barón durante una hora de mi vida.

Estas señoritas saben muy bien que las cosas no se realizan nunca como y cuando queremos. Si yo les dijese ahora una época y resultase otra, pensarían que había tratado de burlarme de ellas. Apesar de los esfuerzos que hacía por sonreír, el semblante del conde reflejaba tristeza infinita. Su voz salía apagada y enronquecida. ¡No, no! ¡Nada de eso! exclamó riendo Jovita.

Noto que Vuestra Majestad tiene herida o lastimada una mano observó con fingido interés. , me puse a jugar con un perro faldero dije, resuelto a burlarme de él, y ya sabe Vuestra Alteza cuán falsos y traidores son. Se sonrió sarcásticamente y me miró con fijeza breves momentos. ¡Pero esas mordeduras son peligrosas! exclamó alarmada la Princesa. Nada temas, prima mía dije.

Necesito demoler las torres del orgullo, abatir los alcázares del fanatismo, burlarme de la fatuidad de cien familias que cifran su orgullo en descender de un rey asesino, D. Enrique II, y de una reina liviana, doña Urraca de Castilla; apalear cien frailes, azotar cien dueñas, profanar la casa llena de pintarreados blasones, y hasta el mismo templo lleno de sepulcros, si la refugian en él.

Usted entonces se ha interpuesto en mi camino y me ha sacado de él y me ha extraviado. Ahora me zahiere, me burla, me acusa de liviano y de fácil: y al zaherirme y burlarme se ofende a propia, suponiendo que mi falta me la hubiera hecho cometer otra mujer cualquiera. No quiero, cuando debo ser humilde, pecar de orgulloso defendiéndome.

De esta suerte discurro yo por momentos, pero no tardo en burlarme de mi discurso y en imaginarle nacido de mi cobardía: del mísero egoísmo, del ruin apego a todo mi ser material, que me hace preferir su pausada decadencia en medio del desdén y del olvido de mis semejantes a su desaparición rápida y completa, que me lance de súbito en otro mundo mejor y perdurable y más amplia vida.

Estoy seguro de que si te trajese el dichoso aderezo reirías en grande. No lo creas. ¿Te figuras acaso que no me acuerdo de la burla que has hecho del sombrero que tu tía Carmen te regaló hace pocos días? Hice mal en burlarme; pero haces también mal en echármelo en cara. La verdad es que, en resumidas cuentas, lo mismo da un sombrero o un aderezo que otro. Corriente; dale expresiones.

Si se había encargado de traer la comida del señor, era sólo por hablarle... ¿Qué deseaba don Jaime? ¿Por qué se burlaba de ellos, que le querían tanto?...» ¡Burlarme! exclamó Febrer.

AZUCENA. ¿Te he dicho que había quemado a mi hijo?... No... he querido burlarme de tu ambición... eres mi hijo; él del Conde, , él del Conde era él que abrasaban las llamas... ¿No quieres que yo sea tu madre? MANRIQUE. Perdonad. AZUCENA. ¡Ingrato! ¿No te he prodigado una ternura sin límites? MANRIQUE. Perdonad; merezco vuestras reconvenciones.