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Actualizado: 6 de julio de 2025


Por allí pasa el inmenso comercio de tránsito que se dirige a las costas occidentales de Colombia: al Perú, al Ecuador, a Chile, a California y a numerosas islas del Pacífico. Por allí pasan también los retornos, los minerales de Chile y California, los azúcares, guanos y salitres del Perú, las taguas del Ecuador, los escasos productos colombianos que encuentran salida por Buenaventura.

Salían de las Cambroneras poco después de surgir el sol, camino de la plaza de la Cebada, para decir la buenaventura y echar las cartas a las criadas, que eran su mejor clientela. Los hombres se desperezaban en la puerta; las bandas de chicuelos color de chocolate, descalzos y con la panza al aire, se agarraban a las faldas pintarrajeadas de las madres.

¡Parrón! ¡Parrón está preso! ¡Un miguelete era Parrón...! gritaron muchas voces. Pero ¿á quién se le hubiera ocurrido buscar al capitán de ladrones entre los migueletes que iban á prenderlo? ¡Necio de ! Á la semana siguiente ahorcaron á Parrón. Cumplióse, pues, literalmente la buenaventura del gitano... POR DO

Había caído trabajo extraordinario ¿eh?... De seguro que el día anterior, al ir a Jerez, había ganado algunas pesetillas diciendo la buenaventura o proporcionando polvos mágicos a las chavalas que se quejaban del desvío de sus amantes. ¡Ah, vieja bruja! Parecía imposible que tuviese tanto pesquis con una cara tan fea...

Don Buenaventura pontificaba desde lejos, en el diario más grande de la América. La escuela literaria de la Flor de un día había hecho su época; hombres y libros nuevos dirigían el pensamiento argentino.

Tiene casi 75,000 habitantes. Cali, ciudad interior que comunica con Buenaventura, es muy progresiva. Los principales puertos de mar son Buenaventura, Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, siendo directamente accesible el país desde Nueva York, Panamá y los principales puertos de Europa.

Despidiéronse las gitanas, y al irse, dijo la doncella del dedal: Preciosa, dime la buenaventura, o vuélveme mi dedal; que no me queda con qué hacer labor. Señora doncella respondió Preciosa , haga cuenta que se la he dicho, y provéase de otro dedal, o no haga vainillas hasta el viernes, que yo volveré y le diré más venturas y aventuras que las que tiene un libro de caballerías.

Mira, niño me decía mi tía Medea sin dejarme respirar, aquél es don Buenaventura; aprende, mira qué traje tan sencillo lleva. Ese que habla con el ministro español, es el doctor Trevexo: aquel que sale, es el coronel Valdelirio.

Muchos militares... Grandes partidas de dominó y de billar. Cuestiones de honor. Toros. Juergas. Broncas. Nubes de limpiabotas, de vendedoras de décimos de la Lotería, de gitanas que dicen la buenaventura, de músicos ambulantes, de ciegos, de cojos, de paralíticos... Indudablemente, España no ha cambiado. Y es posible que nosotros mismos no hayamos cambiado tampoco.

Conseguí fácilmente que Alejandro me acompañara a mi cuarto: mi tío me había regalado varias cajas de solados de plomo, entre los cuales figuraba un regimiento de caballería en cuyo jefe yo creía entrever la figura invencible y milagrosa de don Buenaventura, el general y candidato de mi tía. Los detalles del boletín leído en lo de Bringas, me quemaban los sesos.

Palabra del Dia

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