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Actualizado: 22 de junio de 2025
Sus frases nos sumergen en la meditación y el ensueño; nos llevan lejos, lejos, más allá de todos los horizontes visibles. Bueno; yo no sé expresar bien esto, pues pertenece a honduras de la vida en cuyos bordes mi pobre cabecita sufre vértigos y mareos.
Hay tal pasion por el lujo que el andaluz dejaría de comer tres dias por ahorrar el valor de sus lucientes botonaduras de plata, puestas en dobles filas en los bordes anteriores de su chaqueta de paño, azul ó negra y llena de adornos de lo mas cuco.
Los dos criados que estaban antes en el recibimiento y un maître d'hôtel con cadena de plata y patillas de diplomático viejo parecían defender el tesoro del centro de la mesa, dignándose entregar únicamente lo que estaba en los bordes de ella. Servían tazas de té, de chocolate, ó copas de licor; y en cuanto á comestibles, sólo avanzaban los platos de emparedados y galletas.
Silbó la locomotora, pequeña como un juguete, salió á toda velocidad por debajo de los cobertizos inmediatos, arrastrando el enorme tanque, en cuyos bordes se agitaba el líquido rojo, siguiendo el traqueteo de las ruedas. Aresti, casi cegado por tanto resplandor, tomó la mano del ingeniero. ¡Guíame, Virgilio! dijo riendo. Yo voy como el poeta de los infiernos: cuida de que no nos quememos.
Imagínate que en la extremidad del jardín inglés sobre el cual da su salón y su tocador, hay una cascada, a decir verdad, poco ruidosa, pero cuyo sordo murmullo resulta un poco molesto. En los bordes del pequeño estanque que forma la cascada al caer, han sido plantados unos cuantos sauces llorones, árbol que odia la señorita de Valency.
La distancia fué estrechándose; la línea se abrió apareciendo una grieta, cuya entrada estaba resguardada por dentados y caprichosos bordes. Media hora empleamos en llegar al pie de la roca.
A mano derecha hay una vía que empieza en calle y acaba en horrible desmonte, zanja, albañal o vertedero, en los bordes rotos y desportillados de la zona urbana. Antes de entrar por esta vía, Isidora hizo rápido examen del lugar en que se encontraba, y que no era muy de su gusto.
Agarrados los unos a los otros estos insectos por sus alas secas extendidas, volaban en montón, y a pesar de nuestros gritos y de nuestros esfuerzos, la nube no cesaba de avanzar, proyectando en la llanura una sombra inmensa. Pronto estuvo sobre nuestras cabezas; en los bordes viose durante un segundo un desgarrón, una rotura.
Toda cuchara, al ir del plato á los labios, veía inmediatamente, en tan corto viaje, posarse sobre sus bordes algunas de estas intrusas, que se estiraban, alargando las patas y agitando las alas.
Las pinas de los botareles parecían avergonzadas asomando sobre la cubierta vulgar; los arbotantes se hundían y desaparecían entre las áridas construcciones de las dependencias adosadas a la catedral; las torrecillas de las escaleras se ocultaban tras aquel lomo de tejas groseras. Los dos muchachos, resbalando en las cornisas verdosas por las lluvias, seguían los bordes superiores del edificio.
Palabra del Dia
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