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Actualizado: 6 de mayo de 2025


Hay que partir; el carruaje espera a la puerta, y los buenos amigos que van a acompañarme hasta el confín de la sabana, están listos. Rueda el coche por las angostas calles, pasamos la plaza de San Victorino, y en las últimas casas de la ciudad me vuelvo para darle la mirada de adiós. Siempre he dejado un sitio con la seguridad de volver... ¡pero Bogotá!

La claridad de la noche permitía ver las llanuras cultivadas, los bosques y colinas, los canales que rayaban el paisaje con sus líneas blancas y caprichosas. Fume un cigarro, me puse a «echar globos», como llaman en Bogotá al fantaseo indefinido del espíritu, y volví en busca de mi cama.

Será siempre un timbre de honor para el gobierno del doctor Núñez haber destruido la barrera de la intransigencia política, llamando a los altos puestos diplomáticos a conservadores de la talla de Holguín... Verdad es, y esto sea dicho aquí entre nosotros, que Holguín fue uno de los cachacos más queridos de Bogotá, que le ha conservado siempre el viejo cariño.

Acudió Bolívar al llamamiento, y el 20 del mismo mes, cinco dias despues de su llegada á Bogotá, dejó instalado el Congreso, renunciando formalmente á la presidencia que se le habia conferido; pero su renuncia fué desechada, exigiéndole que hasta que la Constitucion quedase sancionada y nombrados los funcionarios superiores en el órden político, para cortar las alas á la anarquia conservase su autoridad, único medio que el Congreso estimaba hábil en aquellas amenazadoras circunstancias.

No fue poco trabajo por la mañana reunir todos los elementos de viaje, desde las mulas a los indios portadores. Pero no nos dábamos prisa, porque habíamos resuelto hacer ese día una jornada corta, para dar descanso a las señoras y a los niños. No me olvidaré de una niñita de 7 años, de Panamá, que un caballero llevaba a Bogotá para entregarla a sus padres.

Casi todas las esmeraldas, que entre las piedras preciosas son consideradas como las más valiosas, se extraen hoy en Colombia. Los conquistadores españoles comenzaron en 1540 la explotación de las minas de Muzo, de Coscuez, y las del grupo de Somondoco, cerca de Bogotá.

Da Andrés. Un paréntesis, ya que de tresillo he hablado. Es el juego favorito de Bogotá; pero, a diferencia del Perú, sólo lo juegan los hombres. En los tiempos de opulencia, durante la estación de baños en Chorrillos, se ha llegado a jugar hasta... a chino la ficha. El contrato de un chino, por tres o cuatro años, importaba 300 ó 400 pesos fuertes.

Lejos de la idea de aplaudir semejante sistema; hago constar simplemente el hecho de que el grave peso de la responsabilidad individual ha generalizado la prudencia y la cultura. ¡Qué no dicen aquellos muros de Bogotá!

El que perdía, generalmente hacendado, pasaba al día siguiente a la hacienda de su ganador, el número de fichas-chinois que había perdido la víspera... En Bogotá no se hila tan grueso... y en el Perú pasaron también esos tiempos. Pero los bogotanos son famosos por su habilidad en el tresillo. Martín, Holguín, De Francisco... no tienen rivales.

Y como el abismo en que se arroja el río Bogotá, comunica con las llanuras de la tierra caliente, alguna palmera se adelanta hasta la cascada misma; circunstancia que permite decir a los habitantes de Santa Fe que la cascada de Tequendama es tan alta, que el agua salta de la tierra fría a la caliente.

Palabra del Dia

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