Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 7 de julio de 2025


¿Subterfugio, colega? ¡Permítame que como más antiguo le pida borrar esa palabra de su vocabulario! Pero, en fin murmuró el señor de Bevallan, se me ligan las manos de todos lados, se me trata como á un chiquillo.

Un cuarto de hora después, el señor de Bevallan dejaba el castillo con mi colega de Rennes. Su partida y su desgracia han tenido por efecto inevitable desencadenar contra él todas las lenguas de los criados, y su imprudente intriga con la señorita Helouin ha estallado muy luego. La joven, sospechosa hacía algún tiempo por otros motivos, ha pedido permiso para retirarse, y no se le ha negado.

Sin duda, señorita; pero como decimos nosotros entre augures, el veneno está en la cola, in cauda venenum. Era verdaderamente agradable, amigo mío, ver la fisonomía del señor de Bevallan y la de mi colega de Rennes, que le acompañaba, cuando llegué á descubrir bruscamente mis baterías.

Al mismo tiempo hacía los honores á tres ó cuatro jóvenes apenas salidos de la adolescencia, que lo miraban evidentemente como un modelo de bellas maneras y de exquisita pillería. ¡Y bien, Bevallan! dijo uno de los jóvenes ¿no renuncia usted, pues, á la sacerdotisa del sol? ¡Jamás! respondió el señor de Bevallan. Esperaré diez meses, diez años, si es preciso; ¡pero ó la poseeré yo ó nadie!

Me pareció que la señorita Margarita al oir esta declaración magnánima, me lanzaba á hurtadillas una expresiva mirada, como para decirme: ¡Vea que á mi alrededor no es tan raro el sacrificio! Luego respondió al señor de Bevallan: ¡Por Dios, no haga locuras, el agua es muy profunda! Hay un verdadero peligro. Eso me es absolutamente indiferente contestó el señor de Bevallan.

Me inclino, señorita respondió entonces en tono más elevado: séame permitido solamente expresar el pesar sincero que siento en no tener el derecho de intervenir en esto. Levantéme al instante. Señor de Bevallan dije colocándome á dos pasos de él, ese pesar es enteramente supérfluo, pues si no he creído deber obedecer las órdenes de la señorita, estoy enteramente á las vuestras, y voy á esperarlas.

Muy bien, muy bien, señor; inmejorable replicó el señor de Bevallan, agitando con gracia la mano para serenar á las mujeres. Nos saludamos y salí.

El señor de Bevallan, á quien jamás estimé y de quien he hecho, á pesar mío, en estas páginas, más bien la caricatura que el retrato, reune el mayor número de cualidades y defectos que habitualmente atraen el sufragio de las mujeres. La modestia le falta absolutamente; lo que le viene á las mil maravillas, pues las mujeres no la estiman.

Madre mía, haga usted volver al señor sus presentes, saliendo en seguida con un paso de reina ultrajada. La señora de Laroque la siguió. Al mismo tiempo lancé el contrato en la chimenea. Señor me dijo entonces el señor de Bevallan con tono amenazador hay aquí una intriga cuyo secreto sabré. Señor, voy á decírselo respondí.

Creo adivinarlo. El señor de Bevallan es muy rico, debe traer una fortuna casi igual á la suya, esto parece ser una especie de garantía; él podría pasarse sin este aumento de riqueza: se le presume más desinteresado porque es menos necesitado. ¡Triste argumento! ¡Enorme engaño es medir por el grado de la fortuna, el grado de venalidad de los caracteres!

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando