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Actualizado: 8 de septiembre de 2025
»A mi vez, quise dar una sorpresa a Carlos, y cedí a Bautista la plaza de jardinero en jefe de mi casa, donde fue a establecerse con su mujer y sus dos hijos. Al día siguiente de su llegada, orienté nuestro paseo hacia la habitación de aquellas buenas gentes, y entré en ella con Carlos, que me daba el brazo.
Corria el año 1796, cuando en el puerto de la Guaira, remitidos desde España, desembarcaron Manuel Cortés Campomanes, José Laz, Sebastian Andrés y Juan Bautista Picornell con destino á los presidios de América, como cabezas de cierta conspiracion, cuyo fin era dar á la monarquia española una forma democrática despues de derribar el trono de Cárlos IV, rey incapaz de alcanzarse por sus actos el buen nombre con que su antecesor habla bajado al sepulcro.
Este casamiento y su reputacion de gran lenguaraz le valieron ser nombrado el año de 1558 por el marqués de Cañete, intérprete y negociador con fray Bautista García en la conversion y reduccion de Inca Xairi Tupac Yupanqui, retirado en los Andes, las cuales se llevaron á cabo felicísimamente.
¿Llevamos este fusil? Sí, quítale la cartuchera a ese que yo he tumbado, y vamos andando. Bautista entregó un fusil y una pistola a Martín. Vamos, ¡adentro! dijo Martín al demandadero.
Martín y Bautista se hallaban en relación con una casa de Bayona, y fueron a Añoa con sus carros. Añoa está a un kilómetro próximamente de la frontera, en donde se halla establecida la aduana española de Dancharinea. Aquel día, una porción de gente de la frontera francesa se asomó a Añoa.
Zalacaín la contempló absorto y luego abrió la puerta de la casa, la cerró despacio y, al encontrarse en la calle, se vió con un espectáculo inesperado. Bautista discutía a gritos con tres hombres armados, que no parecían tener para él muy buenas disposiciones. ¿Qué pasa? preguntó Martín.
A dos jornadas de camino dió dicha gente en una pequeña Ranchería de Guarayos de sesenta almas, que condujeron consigo al pueblo de San Juan Bautista, á donde llegaron sanos y salvos el Sábado Santo del mismo año.
D. Francisco Antonio Escalada, Consul moderno del Real Tribunal del Consulado; el Sr. D. Floro Zamudio y Chavarria, Teniente Coronel urbano, y Capitan del escuadron de Húsares del Rey; el Sr. D. Hermenegildo Aguirre; el Sr. D. Tomas Lezica, de este comercio; el Sr. Teniente Coronel D. Juan Bautista Bustur, Sargento Mayor del batallon número 3; el Sr.
No acababa de decir esto cuando Martín dió una patada al farol que llevaba el viejo, y después de un empujón echó al anciano respetable a la cuneta de la carretera. Bautista arrancó el fusil a otro de la ronda, y el demandadero se vió acometido por dos hombres a la vez. ¡Pero si yo no soy de estos. Yo soy carlista gritó el demandadero.
No hay averías importantes dijo Martín .¡Adelante! Los viajeros entonaban un coro de quejas y de lamentos. Desengancharemos y montaremos a caballo dijo Bautista. Yo no. Yo no me muevo de aquí replicó la superiora. La llegada del coche y su batacazo no habían pasado inadvertidos, porque, pocos momentos después, avanzó del lado de Viana media compañía de soldados.
Palabra del Dia
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