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Actualizado: 2 de mayo de 2025
Se hallaban delante de una casucha solitaria, sobre cuya puerta tremolaba una banderita blanca y encarnada, dando testimonio de que allí se rendía culto a Baco. No tomo nada, pero bajaré a acompañarle a usted. Me está lastimando el diablo de la silla. No perderá usted el tiempo dijo Celesto acercándose a tenerle el estribo y bajando cuanto pudo la voz.
Baco donde ella esta, su gusto anuncia, Y ella derrama en coplas el poleo, Compa, y vereda, y el mastranzo, y juncia. Pero aquesta que ves, es el aseo, La gala de los cielos y la tierra, Con quien tienen las musas su bureo, Ella abre los secretos y los cierra, Toca y apunta de qualquiera ciencia La superficie y lo mejor que encierra.
Baco la ofrenda cántaros de vino, e implora Pan, cabe sus pies de Flora, loco de amor celeste y peregrino. Para tí son todas mis ternezas cálidas, y mis rosas pálidas, y mis reales odas. Para tí mi aliento y también mis rezos, la miel de mis besos y mi pensamiento. Para tí mis cantos que humedecen llantos de acerbo dolor. Para tí la esencia de esta mi existencia que atrista el amor.
Allí, si aun estuviese de moda la mitología, pudiéramos decir que puso su trono Pomona; y extendiéndonos en esto, y sin la menor hipérbole, bien añadiríamos que Pales tiene su trono en las ermitas, Ceres en los campos que se dilatan entre Baena y Valenzuela, y Baco el suyo en los Moriles, cuyo vino supera en todo al de Jerez.
Vosotros os venceis, que estais vencidos Del baxo antojo femenil liviano, Con Venus y con Baco entretenidos, Sin que á las armas estendais la mano. Correos agora, sino estais corridos, De ver que este pequeño pueblo Hispano Contra el poder Romano se defienda, Y quando mas rendido, mas ofenda.
Lo cierto es que los criados de caballeros que estos príncipes tenían a su servicio, deseando solemnizar las buenas nuevas de Francia, organizaron una fiesta. «No eran dadas las cinco dice un escrito de aquel tiempo cuando estaba todo puesto aguardando a sus altezas, y llegado que hubieron se dio principio, mostrándose primero el dios Baco vestido de un lienzo muy justo y pintado de tan buen arte, que parecía estar desnudo.
EL GRUESO ROMANO. ¡Por la cabeza de Baco, he dormido como la primera noche después de la fundación de Roma! ¿Qué espantajos son ésos? ¡Silencio, son los maridos! EL GRUESO ROMANO. ¿De veras? ¡Dios mío, qué sed tengo! ¡Proserpinita mía, dame un poco de sidra! UNA VOZ TÍMIDA. ¡Proserpinita querida! ¿Dónde estás? EL GRUESO ROMANO. ¿Qué diablos quiere éste? ¡Llama también a mi mujer!
Ya se pasa delante de una graciosa villa ó aldea, situada sobre la orilla misma del rio, al pié de una alta colina rocallosa coronada por un castillo, ó medio enclavada en el fondo de alguna garganta profunda y bajo la sombra de algun pequeño bosque de oscura tinta; ya se ve un pequeño pueblo medio empinado sobre una falda y literalmente rodeado de sarmientos, como un alegre Baco; ya en fin, se encuentra un enjambre de vapores y botes remolcados y de grandes balsas de maderas, que le dan al rio el aspecto mas pintoresco y variado.
Bailes y jotas festejaban el pingüe Octubre, y los mozos vendimiadores aparecían manchados de mosto, feos y soeces como sacristanes, que no sacerdotes, de un Baco pedestre y envilecido.
Cipriano y Lactancio acusan á los mismos de enseñar el adulterio y la lujuria ; Tertuliano llama á los teatros templos de Venus y de Baco, escuela de inmoralidad y de deleite , y Crisóstomo pinta con colores no menos sombríos las compañías de actores de su tiempo.
Palabra del Dia
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