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Actualizado: 24 de junio de 2025


No vino él al hogar con ánimo de provocarla, mas tampoco le parecía razonable ni conforme a su ministerio mirar en calma aquel estado de honda perturbación que le hizo prorrumpir en un momento de ira: «parecéis judíosSu entusiasmo religioso era sincero: la conciencia le dijo que, si los azares de la vida le hubiesen colocado junto a gentes extrañas, empecatadas como sus padres y hermanos, habría puesto tenaz empeño en convertirlas, y que mal podía contemplar fríamente la perdición de su propia viña.

No te fíes, hombre, en dar la baraja, que te la trocarán al despabilar de una vela. Guarda el naipe de tocamientos, raspados o bruñidos, cosa con que se conocen los azares. Y por si fueres pícaro, lector, advierte que en cocinas y caballerizas pican con un alfiler u doblan los azares, para conocerlos por lo hendido.

Este acontecimiento obligó al jefe que defendia la ciudad, el mariscal de campo Don Juan Manuel Cajigal, á retirarse á Guayana; y entre los oficiales que lo acompañaron, Francisco Tomás Morales y José Tomás Bóves, adquirieron despues gran celebridad, lanzándose desde aquel momento, al frente de una division de caballeria, á recorrer en medio de mil azares las llanuras de Carácas.

Y tras fatigas y hórridos azares, cruzando montes, traspasando llanos, salvando la distancia de los mares, la intrépida nación de los hispanos te presentó su mano salvadora, y tu frente abatida, al levantar de España la señera con una cruz volaste y una espada a una playa de todos ignorada.

¡Dónde estás, dónde estás, amigo mío! Ora acaso gala y brío mostrarás cabe el Elba o Reno frío. Fiera lid, fiera lid y sus azares prefieres, o ir por mares, bravo Cid, a este suelo de azahares. No más ya, no más ya tu mente amada en placer embelesada llorará los vergeles de Granada. Pienso en ti, pienso en ti con dulce empeño cuando el plácido beleño me da, , con tu imagen blando ensueño.

Su madre había sido mujer de extraordinaria hermosura, una de esas beldades excepcionales que debieran ser premio providencial otorgado a los mejores hombres; pero que, por azares de la vida, son presa y juguete del primero que sabe engañarlas, pues es cosa sabida que no corta la flor quien sabe apreciarla, sino quien anda más cerca de ella al punto en que se abre.

Veinticinco y veintiocho exclama . Caballo... Luego, dirigiéndose a , continúa: Son 20 pesetas tiradas... Este año llevo perdidas ya 15.000. ¡Como no se repita lo del año pasado...! ¿Sabe usted cuánto me costó la broma el año pasado? Pues 7.000 duritos justos. No se gana nunca, nunca... La ruleta gira vertiginosamente. Los azares despiden de cuando en cuando la bola con un ruido seco.

De esta manera, y con la convocacion de un Congreso en Bogotá para el 2 de Enero de 1830, el cual vendria investido con el carácter de Constituyente, cerraba sus puertas el año 1828, año lleno de malestar por la efervescencia de los partidos en que estaba dividida la opinion pública del pais, tanto mas temible cuanto que se alzaba en el corazon de hombres vigorosos y avezados á los azares de la guerra.

Durante el largo trayecto de algún punto a otro, departían calurosamente los expedicionarios sobre los azares de la elección, o discreteaban los acompañantes de nuestro candidato, o le pintaban muy lisonjero el desenlace de la campaña, con el fin de hacerle el viaje más divertido. Pero ¡ni por ésas!

Iban hablando con arreglo á sus gustos y á los azares de su profesión. Los roturadores de tierras mencionaban el alpataco, odioso arbusto del país, que yergue sobre el suelo una cabellera vegetal de escasa altura, y en cambio avanza sus raíces hasta una distancia de treinta metros. Su madera era dura como el bronce y hacía rebotar las hachas, rompiéndolas muchas veces.

Palabra del Dia

rigoleto

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