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Estoy acostumbrada á los azares de la guerra, y si vuestra protección, valientes caballeros, fuese insuficiente, jamás caeré viva en manos de esos malvados. Al decir esto, mostró en su diestra agudísima daga. Leonor, dijo Duguesclín, os he amado siempre, pero en este instante más que nunca.

Bien enterado Cafetera de los azares y estatutos de su nueva profesión, no quiso lanzarse á ella sin prevenirse antes contra las eventualidades. Al efecto, logró colocarse en uno de los botes del servicio público.

Lo cierto era que la historia del barítono, desfigurada por él en su narración cuando le convino, podía resumirse en lo siguiente: Cayetano Domínguez era natural de Valencia; había asistido en su infancia a los azares de la miseria, que aspira a convertir en industria la holganza y no lo consigue, sino con intervalos de negras prisiones y en perpetua lucha con el Código penal y los agentes de su eficacia.

El también quiso ir, para confundirse con aquel público que se ocupaba al mismo tiempo de los incidentes de la guerra y de los azares del juego. En el atrio marchó hacia los grupos de lectores agolpados ante los últimos telegramas. La gente tenía por buenas las noticias, ya que no eran extremadamente malas, como en los días anteriores.

Que hasta el dia 9 se detuvieron por varios azares en el corto espacio de ocho leguas, que hay del pueblo al propio Volcan ó abertura, del cual salió el dia 10, rumbo casi á poniente, habiendo caminado en él ocho ó nueve leguas.

Creo que la han fusilado... No lo cierto, pero deben haberla fusilado. Tenían cosas más importantes en que pensar. ¡Una espía!... Por todos lados se tropezaba con los manejos del espionaje alemán. Había que fusilar mucho... Y olvidaban inmediatamente este asunto para hablar de los azares de la guerra, que les amenazaban á ellos y á sus compañeros de armas.

Estas reflexiones hacía yo casualmente no hace muchos días, cuando se presentó en mi casa un extranjero de estos que en buena o en mala parte han de tener siempre de nuestro país una idea exagerada e hiperbólica, de estos que, o creen que los hombres aquí son todavía los espléndidos, francos, generosos y caballerescos seres de hace dos siglos, o que son aún las tribus nómadas del otro lado del Atlante: en el primer caso vienen imaginando que nuestro carácter se conserva tan intacto como nuestra ruina; en el segundo vienen temblando por esos caminos, y preguntan si son ladrones que los han de despojar los individuos de algún cuerpo de guardia establecido precisamente para defenderlos de los azares de un camino, comunes a todos los países.

La mayor dificultad de salir de estos azares se hallaba en la misma organizacion de los indios, entre quienes cada familia tiene su gefe, y vive con bastante libertad para hacer lo que mas se le antoja. Estos pequeños régulos son electivos, y su poder, mas absoluto en tiempo de paz, los constituye en un estado de hostilidad permanente contra sus vecinos.

Es María, la egida y el amparo del que en la tierra infortunado llora; y es en el mar el encendido faro enmedio de tormenta aterradora. La que invoca el marino en sus azares, cuando el azote de huracán violento, las olas de los mares, amenazan trepar al firmamento.

Este corto diálogo basta para que el lector menos avisado conozca de qué se trata. El virrey había llegado a Lima en enero de 1639, y dos meses más tarde su bellísima y joven esposa doña Francisca Henríquez de Ribera, a la que había desembarcado en Paita para no exponerla a los azares de un probable combate naval con los piratas.