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Actualizado: 15 de mayo de 2025


A pesar de estas recriminaciones mentales, no llegaba a entristecerse. La protesta removíase en su cerebro, avergonzada e iracunda; pero el resto del cuerpo parecía satisfecho, con un regodeo de recuerdos y un estremecimiento de esperanza... Peor era la nada; pasar los días comiendo o dormitando en el sillón con un libro en las rodillas.

Os diré lo que hacían y esto es reservado, reservadísimo, pues si doña María supiese que ojos humanos habían visto a sus niñas en tales arreos, y que orejas de varón habían oído cantar seguidillas a una de ellas, reventara de pesadumbre, o se sepultaría para siempre, antes avergonzada que muerta en el sarcófago de sus mayores.

Juan anda chalao tras ella; está tonto; que ha hecho mil bajesas pa que ella, acordándose de que es una señorona, no le eche a la calle, avergonzada de tené relaciones con un torero... Ahora se ha ido. ¿No lo sabía usté? Se ha ido porque se aburría en Seviya. Yo tengo gentes que me lo cuentan too.

Al cabo respondió avergonzada: Le dije... le dije que y yo no podíamos menos de casarnos ya. ¿Pues? Pues... pues... adivínalo dijo la niña con impaciencia. En efecto, Gonzalo adivinó y experimentó una impresión de repugnancia y temor. Calló obstinadamente por algún tiempo. Venturita le preguntó al fin: ¿Te ha parecido mal? respondió secamente.

Supuesto lo que antecede, murmuraban unos y celebraban otros que, avergonzada Rafaela de no tener en su casa ni leche de vacas ni butiro fresco, había inducido a D. Joaquín a fundar una buena casa de vacas en la chácara de Petrópolis, donde había ricos y abundantes pastos: un capim exquisito.

El rostro de la muchacha fue delator del libro: Pepe entró y, quitándoselo de las manos, lo hojeó unos instantes mientras ella huía avergonzada, sintiendo por primera vez en su vida una llamarada de vergüenza que la abrasó la cara.

Daniel Suárez fue a sentarse, ¡el miserable!, al lado de Gloria, que le recibió con afectado regocijo. Villa y yo nos retiramos hacia la proa; pero al instante fuimos llamados por las damas, que se apresuraron a dejarnos sitio. Villa, aquí tiene usted asiento dijo Isabel, con sonrisa dulce y como avergonzada, señalándole un puesto a su lado. El comandante vaciló un momento, pero fue a ocuparlo.

La graciosa monja, por primera vez desde que la conocía, me pareció un poco confusa y avergonzada. Por supuesto que, en tres o cuatro ocasiones, los gritos de Perico me advirtieron que le estaba apretando la mano muy más de la cuenta. Esto me enfriaba repentinamente; pero mi entusiasmo era tan grande, que pronto recuperaba el calor y seguía desbocado, perdido. Cuando no tuve más que decir, callé.

a usted; Ana es otra. ¡Qué alegría, qué salud, qué apetito! Se acabaron las cavilaciones, la devoción exagerada, las aprensiones, los nervios... las locuras... como aquella de la procesión.... Oh, cada vez que me acuerdo se me crispan los... pues nada, ya no hay nada de aquello. Ella misma está avergonzada de lo pasado. Se ha convencido de que la santidad ya no es cosa de este siglo.

Pero cuando despierta, y abre los brazos, al primer movimiento pone en fuga a la banda de duendecillos de vientre hinchado. Y el alma entonces se esfuerza en ser noble, avergonzada de tanto tiempo de no haberlo sido.

Palabra del Dia

bagani

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