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Actualizado: 18 de mayo de 2025
Grandes atrevimientos hay en la narración; pero están orillados o salvados con arte.
La sorpresa y el júbilo de este fueron indescriptibles, por más que estuviese receloso aún de que en los atrevimientos de don Andrés la coquetería de Juanita había entrado por algo. Agradecido a la visita no esperada, don Paco se mostró muy fino, pero disimuló su alegría y procuró poner el rostro lo más grave y severo que pudo.
A los veintidós años entró, como crítico de artes, en la redacción de El Orden, desde cuyas columnas defendió los atrevimientos revolucionarios de Rodin, Pissaro, Claudio Monet, etc.; pero la novedad de sus opiniones y las violencias de su estilo, le dejaban cesante poco después.
Unos ratos sus reflexiones semejaban examen de conciencia: mentalmente se hacía reproches por haber dado oídos al amor; otros momentos parecía complacerse en los recuerdos que su memoria iba evocando... En verdad que las galanterías de Juan habían sido de extraordinaria delicadeza: fue el único que, al dirigirse a ella, no tuvo en cuenta exclusivamente su belleza: no cabía duda de que le parecía, no hermosa, sino hermosísima; pero jamás se lo expresó con osadía ni se permitió atrevimientos de mal gusto... algún beso, eso sí; pero un beso casi respetuoso.
Y estos bravos osaban los mayores atrevimientos, con un fatalismo profesional, confiándose al destino. En las tertulias del café contaban lentamente algunos capitanes sus encuentros en el mar, la aparición inesperada del submarino, el torpedo que marraba su blanco por unos metros, la fuga á todo vapor, recibiendo los cañonazos de la persecución.
Eran gloriosos abuelos, de pretensiones modestas, que se limitaron á ensanchar las fronteras, á realizar la unidad del Imperio, oponiéndose luego con una prudencia de valetudinarios á todos los atrevimientos de la nueva generación. Sus ambiciones no iban más allá de una hegemonía continental... Pero luego surgía Guillermo II, el héroe complejo que necesitaba el país.
Jaime sentía deseos de aprovecharse de esta intimidad diciendo galanterías, osando pequeños atrevimientos; pero se detenía en el momento oportuno. Con estas mujeres era peligrosa la acción, se mantienen impasibles, a prueba de toda clase de impresiones. Debía esperar que fuese ella la que tomase la iniciativa.
Si el interés político de las tertulias corderiles estaba en estas noticias, su amenidad dependía de las gracias y atrevimientos de Juanito Jacobo, que con su media lengua decía más que si la tuviera toda entera, y ya recitara fábulas o romances, ya se despachara a su gusto con frasecillas y observaciones de su propia cosecha, hacía morir de risa a toda la familia, menos cuando le daba por enojarse, hacer pucheros y tirar a la cabeza de su hermano un zapato, libro, palmatoria, tintero o cualquier otro proyectil mortífero.
Olor eclesiástico de viejos recintos sahumados por el incienso, cuchicheos de beatas, visos negros de sotanas raídas o elegantes, que de todo hay allí, llenan estas admirables páginas, en las cuales el narrador hace gala de una observación profunda y de los atrevimientos más felices.
De ciertos atrevimientos que yo tenía y tengo respecto a usted, no quiero decirle nada, porque se nos va a hacer santa... Aunque todo podía conciliarse, me parece a mí, ser santa y querer a este hijo de Dios... Pero en fin, vuelvo la hoja. ¿Sabe usted que si me descuido pierdo mi colocación en la botica de Samaniego?
Palabra del Dia
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