Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 11 de octubre de 2025


Este hombre es el sargento mayor don Juan de Guzmán. El causante de este asesinato, ó los causantes, han sido don Francisco de Quevedo y Villegas...» La alegría nubló de nuevo los ojos del licenciado, porque, como todos los tontos á los hombres de ingenio, tenía suma ojeriza á Quevedo.

Segunda, llena de consternación, no hablaba ya de asesinato, y aunque no acababa de comprender el robo del chiquillo, no se atrevió a mentarlo ante la señora casera. Había intentado hacerle tomar a Fortunata fuertes dosis de ergotina; pero no pudo conseguirlo. Apretaba los dientes, y no había medio de traerla a la razón.

Si él la hubiera suplicado que lo siguiera amando, que no le abandonara, y si ella le hubiera contestado que no quería seguir siendo suya, se explicaba el asesinato; pero ¿era creíble que la Condesa, que había seguido siéndole fiel y sumisa a pesar de su mal trato, se hubiera rebelado al verle penitente y culpable?

Ha matado en la fe en la inocencia y en todo lo que es puro y verdadero. Esa niña, con sus ojos de madona y su sonrisa infantil, ha cometido un asesinato moral. No quiero pensar más que en Luciana, que, dentro de seis semanas, será mi mujer.

Considere usted que la amaba un ciego y que ese ciego ya no lo es, y la ha visto... ¡la ha visto!... ¡la ha visto!, lo cual es como un asesinato. ¡Oh!, ¡qué horroroso misterio.

Basilio, sin saludar, avanzó lentamente y en voz que hizo estremecerse al joyero, dijo: Señor Simoun, he sido mal hijo y mal hermano; he olvidado el asesinato del uno y las torturas de la otra ¡y Dios me ha castigado! Ahora no me queda más que una voluntad para devolver mal por mal, crímen por crímen, ¡violencia por violencia! Simoun le escuchaba silencioso.

Ser admirado constituye «la mitad» de su vida, acaso «toda su vida»; es una sed rara que, no habiendo de calmarse nunca, á ratos, sin embargo, parece satisfacerse con una gota: así lo más frívolo, una carta, un simple apretón de manos, nos embriaga. Ello explica las lágrimas que arrancó á Sara Bernhardt el asesinato de «monseñor» de Sibour.

Habia cumplido veinte y dos años, sin dar muestras de abrigar genio poético. No lo conoció él mismo hasta que leyó la oda de Malherbe sobre el asesinato de Enrique IV. Y este mismo Lafontaine que tan alto rayó en la poesía, ¿qué hubiera sido como hombre de negocios? Sus inocentadas que tanto daban que reir á sus amigos, no son muy buen indicio de felices disposiciones para este género.

La Pitusa tenía mucho calor, y cogiendo un abanico que junto a la almohada tenía, empezó a abanicarse. Es preciso que lo sepas volvió a decir Maxi con cierta frialdad implacable, propia del hombre acostumbrado al asesinato . Tu verdugo no se acuerda ya de ti para nada, y ahora tiene amores con otra mujer.

Para ella, la visita de la viuda a Germana tenía todos los caracteres de una tentativa de asesinato, porque, después de todo, la presencia de una mujer tan odiosa podía matar a una convaleciente. El doctor no encontró descabellada la idea. El conde intentó calmar a su madre. No tema usted nada dijo , no intentará ningún proceso.

Palabra del Dia

amitié

Otros Mirando