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Actualizado: 13 de junio de 2025
Un caballero, de regular corpulencia, que llegue a vivir setenta años y que pese seis o siete arrobas, puede asegurar que ha tenido, asimilado y poseído como parte de su organismo, desde su nacimiento hasta la hora de su muerte, unas 5.000 o 6.000 arrobas de sustancias, las cuales, si no están dotadas de gran densidad, tal vez formen un volumen de uno, dos o tres kilómetros cúbicos.
Todos sois lo mismo: no habéis conocido lo bueno y os extraña que los viejos encontremos tan malo lo presente. ¿Sabes a cómo se pagaba antes la bota de treinta y una arrobas? Pues llegó a valer 230 pesos; y ahora se ha vendido en algunos años a 21 pesos. Pregúntale a tu padre, que aunque menos viejo que yo, también ha conocido los tiempos de oro. El dinero circulaba en Jerez lo mismo que el aire.
Cuando la mision fué encomendada á los curas en 1767 despues de la espulsion de los Jesuitas se inventariaron ochenta arrobas de plata maciza. Bajo la direccion de los curas, y mas tarde de los gobernadores, la iglesia de San-Pedro fué perdiendo poco á poco su esplendor: otro tanto sucedió bajo el régimen de los administradores.
Tenía un alambique que andaba durante cuatro meses, y le dijo que tenía dos que andaban todo el año, y con frecuencia de día y de noche. Tenía un molino aceitero con una prensa hidráulica, y le aseguró que tenía tres con otras tantas prensas. Había cogido cinco mil arrobas de vino, y le dijo que había cogido doce mil.
A cada una, al volverla a su asiento, cansada ya, le dio con efusión el correspondiente y prescrito abrazo, y a las menos serias, algunos pellizcos, aunque esto no forma parte del ceremonial. D. Pedro llevó su galantería hasta el extremo de sacar a bailar a doña Casilda, que no pudo negarse, y que, con sus diez arrobas de humanidad y los calores de Julio, vertía un chorro de sudor por cada poro.
Un día, dos, pase... Pero hombre... ¡Si supieras cuánto me ha ayudado la pobre...! Mañana veremos. No puedo decirle de buenas a primeras que se vaya... ¿Qué te ha traído Prudencia de la plaza de la Cebada? Las tres arrobas de patatas. ¿A cómo? A seis reales. Mira, hijita, no olvides de apuntar todo, para que cuando yo esté bueno, pueda seguir llevando la cuenta del mes. ¿Has traído aceite?
Mientras él se perdía en sus recuerdos y en sus sueños pretéritos, que daba por realizados, sus compadres interrumpiéndole, entre alabanzas y admiraciones, le sacaban pellejos y más pellejos de vino pagaderos.... «De eso no había que hablar». «El hombre es honrado» decía el artillero y añadía: «Si yo tengo un duro pongo por ejemplo, y un amigo, por una comparación, necesita ese duro... y quien dice un duro dice veinte arrobas de vino, pongo por caso...». Pocos años necesitó, a pesar de la prosperidad con que el comercio había empezado, para tocar en la bancarrota.
Viendo los Canarios que no podian cogerle, hicieron tocar á rebato, y trageron dos tiros, que dispararon cuatro veces contra el navio mas cercano. El primero hizo pedazos una olla de agua, de cuatro ó cinco arrobas; el segundo quebró el último árbol de la nave; el tercero hizo un agujero grande en el costado, y mató á un hombre, y aunque erraron el cuarto, quedó muy maltratada la nave.
La taimada de doña Rita, que está muy sofocada. Afirma que no es urca y que no pesa tantas arrobas, y que de todos modos no puedo llevarla conmigo, porque considerando que yo no la necesito para nada, por lo prudente que soy, y que la califico de carabina de Ambrosio, se fue con mamá, para acompañarla, desde esta calle de Don Pedro, donde vivimos, hasta el último extremo de la fuente de la Castellana, donde el general vive.
Antoñona tendría cuarenta años, y era dura en el trabajo, briosa y más forzuda que muchos cavadores. Con frecuencia levantaba poco menos que a pulso una corambre con tres arrobas y media de aceite o de vino y la plantaba sobre el lomo de un mulo, o bien cargaba con un costal de trigo y lo subía al alto desván, donde estaba el granero.
Palabra del Dia
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