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Actualizado: 6 de junio de 2025
Además del coronel Jimenez, segundo en el mando de aquella columna respetable, casi toda la oficialidad, 1.800 soldados, artilleria, armamento, caballos y municiones quedaron on poder del vencedor, que á poco de esta victoria, con el ejército mayor que basta alli habia tenido la República, marchaba á batir las tropas de Sámano.
Sin embargo, el aguerrido soldado, el esforzado campeon de la independencia de Venezuela, si bien no pudo menos de lamentar el sangriento é inhumano fin de su querido amigo, no por eso se inquietó y siguió habitando en Kingstown hasta que sabedor de que el capitan propietario de la corbeta Dardo, Luis Brion, habia marchado hácia Cartagena con algun armamento, y se hallaba en los Cayos de San Luis allegando gente y acopiando víveres para acudir al socorro de la plaza, voló á ofrecerle su espada, entusiasta como siempre, como siempre alentado por el mismo noble valor y la misma imperturbable esperanza.
El camarada de Gabriel, llevaba en el cinto por todo armamento una pistola, regalo de la Obrería: una antigüedad que jamás se había disparado. A Luna le enseñó el Vara de plata una carabina, legada por el ex guardia civil a la sacristía como recuerdo de sus años de servicio. Gabriel hizo un gesto de repulsión. Bien estaba allí: ya la buscaría cuando la necesitase.
La Madrid pudo disponer de un armamento que pasaba para Salta; pero por delicadeza, por no agravar más los cargos que contra él pesaban, se contentó con tomar 50 fusiles y otros tantos sables, suficientes, según él, para acabar con la fuerza invasora. Es el general La Madrid uno de esos tipos naturales del suelo argentino.
Véase el estudio especial titulado Armamento de las carabelas de Colón, inserto en esta memoria. Véase igualmente el estudio Instrumentos de que se sirvió Col en sus viajes. El timón era recto, de pala ancha que se estrechaba hacia la parte superior con dos escalones.
Mandó el Duque Coroneles para reclutar en Italia 2.000 hombres más; pidió al Virrey de Nápoles, Duque de Alcalá, auxilio, á que acudió enviándole tres naves con siete compañías de españoles, que sumaban 1.000 hombres; despachó al Proveedor general de la armada, D. Pedro Velázquez, en comisión de procurar víveres en Cerdeña y otros lugares; en una palabra, procuró rehacer aquel armamento tan castigado.
El príncipe y Castro hablaban algunas veces en su presencia de la guerra de Secesión, la primera guerra en la que se habían movido millones de hombres, aplicándose además un sinnúmero de inventos, de los que procedían todos los progresos del armamento moderno. Toledo escuchaba, con la duda que inspiran los sucesos lejanos.
Si después de tres siglos de lucha, hoy, que por la superioridad del armamento contamos con ventaja para combatir al enemigo, empleásemos los dilatorios elementos de tiempo y constancia, sería delatar una impotencia que estaría muy lejos de representar los enérgicos latidos de patriotismo que hoy repercuten en todo pecho español, anhelando á toda costa el engrandecimiento nacional.
Al fin llegó a declararme que para pisar firme no tendría más remedio que apechugar con un par de almadreñas como las suyas; que lo de mi ropa, «podía pasar», y que, en cuanto al armamento, «ya se vería». ¡Vaya si tenía camándulas el mozallón!
Es preciso que confesemos con dolor la superioridad de la marina inglesa, por la perfección del armamento, por la excelente dotación de sus buques y, sobre todo, por la unidad con que operan sus escuadras.
Palabra del Dia
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