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Actualizado: 31 de mayo de 2025


Después desto, consideraba aquel tener cerrada la puerta con llave ni sentir arriba ni abajo pasos de viva persona por la casa. Todo lo que yo había visto eran paredes, sin ver en ella silleta, ni tajo, ni banco, ni mesa, ni aun tal arcaz como el de marras: finalmente, ella parecía casa encantada. Estando así, díjome: ", mozo, ¿has comido?"

Escapé del trueno y di en el relámpago, porque era el ciego para con este un Alexandre Magno, con ser la mesma avaricia, como he contado. No digo más, sino que toda la laceria del mundo estaba encerrada en éste. No si de su cosecha era, o lo había anejado con el hábito de clerecía. El tenía un arcaz viejo y cerrado con su llave, la cual traía atada con un agujeta del paletoque.

De la taberna nunca le traje una blanca de vino; mas, aquel poco que de la ofrenda había metido en su arcaz, compasaba de tal forma que le duraba toda la semana. Y por ocultar su gran mezquindad decíame: "Mira, mozo, los sacerdotes han de ser muy templados en su comer y beber y por esto yo no me desmando como otros."

Hay junto a la pared un grande y blanco arcaz con la cebada igual que en las novelas picarescas ; penden de largas estacas, ringladas en los muros, enjalmas y ataharres. Doy voces; en uno de los cuartos, tras la cortina, oigo un ronroneo tenue, y, a intervalos, un suspiro y el traqueteo rítmico de una silla. Avanzo; me cuelo por la puertecilla del fondo. Estoy en una cocina solitaria.

De que vio no le aprovechar nada su remedio, dijo: "Este arcaz está tan maltratado y es de madera tan vieja y flaca, que no habrá ratón a quien se defienda; y va ya tal que, si andamos más con él, nos dejará sin guarda; y aun lo peor, que aunque hace poca, todavía hará falta faltando, y me pondrá en costa de tres o cuatro reales.

Finalmente, parecíamos tener a destajo la tela de Penélope, pues cuanto él tejía de día, rompía yo de noche; ca en pocos días y noches pusimos la pobre despensa de tal forma, que quien quisiera propiamente della hablar, más corazas viejas de otro tiempo que no arcaz la llamara, según la clavazón y tachuelas sobre tenía.

Pues, estando una noche desvelado en este pensamiento, pensando cómo me podría valer y aprovecharme del arcaz, sentí que mi amo dormía, porque lo mostraba con roncar y en unos resoplidos grandes que daba cuando estaba durmiendo.

Comenzó a probar el angélico calderero una y otra de un gran sartal que dellas traía, y yo a ayudalle con mis flacas oraciones. Cuando no me cato, veo en figura de panes, como dicen, la cara de Dios dentro del arcaz. Y abierto, díjele: "Yo no tengo dineros que os dar por la llave; mas tomad de ahí el pago."

Comenzó a probar el angélico caldedero una y otra de un gran sartal que dellas traía, y yo ayudalle con mis flacas oraciones. Cuando no me cato, veo en figura de panes, como dicen, la cara de Dios dentro del arcaz; y, abierto, díjele: "Yo no tengo dineros que os dar por la llave, mas tomad de ahí el pago."

Palabra del Dia

rigoleto

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