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Actualizado: 30 de junio de 2025
El amigo le había explicado que los guarda líneas recorren el trayecto de los rieles que les corresponde vigilar, para cerciorarse que ningún obstáculo amenazaba la seguridad del tren; entonces él, aprovechando un momento en que su compañero no le observaba, y sin más móvil que una perversa curiosidad del mal, había puesto sobre los rieles dos gruesas piedras, y se había quedado allí cerca hasta la llegada del tren para juzgar del espectáculo de la catástrofe.
Miguel, aprovechando uno de estos abrazos, y a favor de la oscuridad, cogió la trenza de Maximina, que colgaba por la espalda con un lazo de seda en la punta, y la llevó a los labios. ¿Qué hace V.? dijo la niña volviéndose rápidamente. Besar la trenza de su pelo. ¿Y por qué hace V. eso? preguntó con sorpresa. Porque me gusta. Maximina bajó los ojos y guardó silencio.
Un domingo de Septiembre, á la hora en que paseaban los parisienses aprovechando el hermoso atardecer, supieron por los periódicos el gran triunfo de los aliados y el peligro que habían corrido. La gente se alegró, pero sin abandonar su actitud calmosa. Seis semanas de guerra habían cambiado radicalmente el carácter de París, bullanguero é impresionable.
Antes de salir de casa entró en ella el médico, que iba a saludarme aprovechando la oportunidad de la visita casi diaria que hacía a mi tío, particularmente desde su última y grave enfermedad.
Se presentó tambien el presbítero D. Casimiro Rios, natural de Puno, que fué preso por los rebeldes en el camino de Arequipa, aprovechando para su fuga la precipitacion con que los sediciosos se habian retirado.
Sentáronse para comer debajo de un manzano, cuyas ramas, pendientes hasta tocar con las puntas en el suelo, formaban una glorieta natural. Andrés se tendió al lado de Rosa como amante rendido, aprovechando todas las coyunturas para decirle al oído palabras azucaradas.
Indudablemente, se marchaban las de Lizamendi, aprovechando la ausencia de Aresti y querían despedirse de las señoras. Al quedar solos los dos hombres, el medicó se aproximo á su primo. Les dejarían solos muy poco tiempo y deseaba enterarse de la verdadera situación del millonario. ¿Cómo vivía en su casa? ¿Era feliz?... Sánchez Morueta sólo supo hablar de su mujer.
Salí precipitadamente, aprovechando aquella libertad de acción conquistada con tanta suerte y que tanto deseaba. Ya no me faltaba más que obtener de la casualidad el favor de encontrar al paso á la cantante. El portero, á quien di un dollar, se encargó de darme noticias.
El torero, aprovechando la estupefacción del animal, quedó erguido a pocos pasos de su hocico, sacando el vientre como si le desafiase. Sintió «la corazonada» precursora feliz de sus grandes atrevimientos. Había que conquistar al público con un rasgo de audacia, y se arrodilló ante los cuernos con cierta precaución, pronto a levantarse al más leve intento de acometida. El toro permaneció quieto.
Más al suspender el cuerpo, a pocas pulgadas de la tierra, reventó la cuerda; y Arriaga, aprovechando la natural sorpresa que en los indios produjo este incidente, echó a correr en dirección a la capilla, gritando: ¡Salvo soy! ¡A iglesia me llamo! ¡La iglesia me vale!
Palabra del Dia
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