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Actualizado: 25 de mayo de 2025


Una mujer casada, después de sufrir de su esposo malos y groseros tratamientos, se ve acometida de los dolores del parto en el desierto, al pie de una cruz, invocando el auxilio de esa misma cruz en hora tan angustiosa para ella. Los gemelos, que da á luz, llevan impreso en el pecho el signo de la gracia, bajo la forma de una cruz roja.

Quiso mover otra vez su cabeza negativamente y parpadeó con una expresión angustiosa, pretendiendo defenderse y teniendo al mismo tiempo la certidumbre de que le sería imposible. «¡Pobrecita Flor de Río Negro!», pensó. Los brazos que rodeaban su cuello le oprimieron dulcemente y tiraron de su cabeza, inclinándola poco á poco hacia el rostro femenil que avanzaba unos labios ávidos y audaces.

¡Corramos! ¡Corramos y callemos!, que las palabras nos fatigan y retrasan nuestra marcha. Y siguieron corriendo sin hablar ya, sin escucharse más que de tiempo en tiempo alguna exclamación angustiosa del cocinero. Y así, sin encontrar á nadie, bajo la lluvia, azotados por el viento, llegaron en muy poco tiempo á la calle de Don Pedro.

Sólo las jóvenes que habían cultivado sus músculos en los deportes al aire libre se reían de estos temores de las señoras de salón. Todas se mostraban acordes al lamentar los crímenes de los hombres, pero la situación angustiosa parecía sin remedio.... Y de pronto surgió el hecho providencial y decisivo, un descubrimiento científico que casi puede ser calificado de milagro.

Pasaban días y días sin que la cobranza se abriese, y las pobres mujeres, tímidamente al principio, después en voz alta y angustiosa, preguntaban a las maestras: «Y luego, ¿cuándo nos darán los cuartos?». Fue en crescendo el run run y se convirtió en formidable marejada.

Por último, solicitado vivamente por la dulce perspectiva del tresillo, aprovechó una pausa de la doncella para levantarse y decir torciendo un poco las caderas a guisa de saludo: Con permiso de usted, señorita. En cuanto salió de aquella situación angustiosa, su faz sanguínea se dilató y volvió a aparecer en ella la sonrisa de benevolencia universal que le servía de principal ornamento.

Había llegado deshecha, el pie incierto y pesadísimo, y en su facies angustiosa la morfina, que había sacrificado cuatro horas seguidas a ruego de Nébel, pedía a gritos una corrida por dentro de aquel cadáver viviente.

Deseaba hablar cuanto antes para salir de su angustiosa incertidumbre. Pero el hermano se resistía a iniciar la conversación mientras pisasen aquella tierra sometida a la vigilancia de su padre. Se detuvieron en la cerca de chumberas, junto a una gran brecha que dejaba ver un copudo olivar, tras cuyo ramaje descendía el sol.

Al mismo tiempo el príncipe Don César, mancebo de singular belleza, casi femenina, y con el objeto de escapar de la solícita y angustiosa ternura de su madre, se viste á su vez de mujer, y con este disfraz se pone en camino hacia Ursino, para formar también parte de la turba de pretendientes: un suceso casual le impide abandonar sus vestiduras en ocasión oportuna, y llega así á la corte de Serafina.

El pudor, que es el sentimiento más afinado en la naturaleza de la mujer, fue lo primero que vibró en la de Nieves al recobrar ésta el dominio de su razón. Notó la flojedad del cuerpo de su vestido, mirose, le vio desentallado, reparó en el impermeable que la cubría los hombros; Y con una mirada angustiosa preguntó a Leto la causa de ello.

Palabra del Dia

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