United States or Tanzania ? Vote for the TOP Country of the Week !


La mañana pasábala don Antonio conferenciando con los corredores en la trastienda, leyendo los despachos bursátiles de los periódicos, haciendo comentarios y sosteniendo disputas con ciertos amigos nuevos que formaban corro a la puerta del establecimiento y hablaban con calor de la alza y la baja, los enteros y los céntimos.

Tan cierto, como ahora es de noche. Misia Casilda tomó a lo serio aquello y se asustó. ¡Vaya un bonito modo de pensar! Quién le metía a él en la Bolsa, sin experiencia y sin fondos, porque, sin duda, para comprar oro y comprar acciones, y jugar a la baja o a la alza, como él decía, se necesita tener con qué; lo mismo que en la ruleta de los garitos. El joven se rió.

Una llama se enciende delante de sus ojos, llama sangrienta que se alza como si fuese a abrasar al mundo entero. Ha visto claro de repente.

Se alza como hito militar en la carretera que seguían entonces las naciones. Muchas otras montañas del mundo helénico debían á sus nieves resplandecientes el nombre de Olimpo ó luminosa, pero ninguna lo merecía tanto como la de Tesalia, cuya cumbre servía de trono á los dioses.

»Sobre todo, mi querida Katie, no os fijéis en el dinero. Haced locuras, verdaderas locuras, es todo lo que os pidoEl día en que madama Norton recibía esta carta, corrió la noticia de la quiebra de cierto señor Garneville, gran especulador que no había tenido buen tacto, sintiendo la baja cuando debió sentir la alza.

Y derrepente, cual gigante inmenso A quien dormido ataran al cordel, Despertaste rompiendo tus cadenas Como en el dia de ochocientos diez. Quien alza el grito? preguntó el tirano, Y trueno sordo retumbó á sus piés, Y la corneta contestó en la Pampa: «Yo soy el pueblo de ochocientos diez

Yolanda se alza lentamente, con las mejillas húmedas, los ojos enrojecidos, el cuerpo sacudido siempre por los sollozos. Dale la mano a tu marido. No hay más remedio. Perfectamente amable ese «no hay más remedio». Y Yolanda me tiende la mano, que yo llevo respetuosamente a los labios. ¿Ha visto a mi marido, Jorge?... pregunta mi suegra. Respondo que .

Alza mas alta la rodilla, Mario, Y encoje el cuerpo, y cubre la cabeza: Animo, que ya llegas á lo alto. Qué ves? O santos dioses! y qué es esto? De qué te admiras? De mirar de sangre Un roxo lago, y de ver mil cuerpos Tendidos por las calles de Numancia. Qué no hay ninguno vivo? Ni por pienso; A lo menos ninguno se me ofrece En todo quanto alcanzo con la vista.

Y cual si el sueño que á Ataide embarga fuese un conjuro que la evocára, en los fulgores raudos de plata que á la corriente la luna arranca, Leila aparece trasfigurada, los negros ojos ardiendo en llamas, voraz sonrisa mostrando avara, suelta la luenga crencha dorada, que en su aureola radiante baña las maravillas de su garganta, sus curvos hombros, su seno que alza aliento inmenso que gime y canta y en poderoso volcan estalla.

La Poesía se alza en el centro como reina, y en torno de ella, acatándola, sirviéndola y cuidando de su ornato y alto decoro, han de estar la Música, la Danza, la Pintura, la Arquitectura y la Indumentaria.