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Actualizado: 13 de julio de 2025


Entonces adquirió conocimiento exacto de su situación, y vió que estaba en el suelo, con la espalda apoyada en la pared, inclinada la frente, caído y revuelto el cabello. El sombrero rodaba á su lado, su ropa estaba desgarrada y sentía un dolor agudísimo en el codo izquierdo, duramente estropeado en la caída.

Los síntomas de parálisis que se hallan entre los efectos del acónito, proceden de varios casos de envenenamiento, que admitimos y mencionamos desde este momento, aunque sus análogos sobrevengan en un estado agudísimo ó crónico, porque entran en su esfera de accion como efectos de congestiones activas en los centros nerviosos.

Rasga el aire un silbido agudísimo. Corre ligero el tren por un largo viaducto de tres filas de arcos desde el cual se ve el río Suize ondular lo mismo que una culebra, por entre los prados. Aparecen en el horizonte siluetas de campanarios, de cúpulas y de techumbres de teja, destacándose sobre el oscuro verdor de los árboles, y el tren detiene poco a poco su marcha.

Su saber era variado, hondo y extenso; su ingenio, original y agudísimo; su modo de sentir, universal ó cosmopolita; su espíritu se había alimentado con deleite y había digerido y convertido en substancia propia la flor del pensamiento de los antiguos griegos y latinos y de los modernos ingleses, franceses y españoles.

Y a punto que Izquierdo le sacaba, resonó la voz de Juan Evaristo con agudísimo timbre, y entraba Segismundo, asombrándose mucho de ver al filósofo otra vez allí. x «¡Demonio de chico! dijo a Izquierdo cuando volvía de acompañar hasta la puerta al señor de Rubín . Hay que tener mucho cuidado con él y no perderle de vista cuando entra aquí.

Pacorrito lo conoció en la luz singular de sus quietos ojos azules, que despedían llamaradas de amor y gratitud. Señora, ¿quién os trajo á tan triste estado? exclamó en tono patético, angustioso. Pero pronto al dolor agudísimo sucedió la ira, y Pacorrito pensó tomar venganza de aquel descomunal agravio.

Uno de ellos, suizo de nación, médico excelente y filósofo de raro y agudísimo ingenio, está avecindado en Basilea, y es generalmente conocido con el nombre de Paracelso; otro, no menos singular, se llama Cornelio Agripa, natural de Colonia, en las orillas del Rhin; otro, que tiene más fama de brujo que los demás, y dicen que va siempre acompañado de un diablo en figura de paje, lo cual ya comprenderás que es una patraña, se llama el doctor Juan Fausto; y otro, por último, con quien estoy yo en más frecuentes y cordiales relaciones, vive ahora junto a Sevilla, en un convento en la margen del Guadalquivir, y se llama el Reverendo Padre Fray Ambrosio de Utrera.

De pronto, como un rayo cae de las nubes, como el tañido arranca del golpe que el badajo da en una campana, se oye un estruendo agudo, agudísimo, formidable; un estruendo que viene á caer encima de nosotros, que parece aplastarnos.

Pasó la noche sin suceso alguno notable; Bringas harto inquieto, con agudísimo dolor cefalálgico y en los ojos, Rosalía en vela, compartiendo su cuidado y vigilancia entre el marido ciego y la niña epiléptica, que fue acometida de pesadillas más alarmantes que las de ordinario, pues las escenas de aquella tarde la excitaron vivísimamente.

Parecía la imagen de la Historia levantándose de su sepulcro a pedir cuentas a la generación contemporánea. , señora: se la di al sargento añadió el mozo, sacando de la vaina un sable nuevo, reluciente y de agudísimo filo . ¡Si aquello no servía más que de estorbo!

Palabra del Dia

gallardísimo

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