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Actualizado: 15 de julio de 2025


Dice que ya que no le dejaron matar toros para hacerse rico, matará hombres si es necesario para salir de pobreza; que él tiene derecho a disfrutar como cualquier señor, y que todos los ricos son unos ladrones... Pero hermano, ¡por la Virgen!, ¿les has enseñado realmente esas cosas tan horribles? Déjalos dijo Gabriel riendo . No han digerido aún las ideas nuevas, y vomitan disparates.

Terminó al fin la comida no sin dedicar, por supuesto, un buen rato de conversación al teatro Real, a Gayarre y a la Tosti. No la hubieran digerido bien si les faltase. El café, como era costumbre en casa de Osorio, se sirvió en el mismo comedor. Luego, las señoras con algunos hombres se fueron al salón. Otros se quedaron fumando, pero no tardaron en ir a reunirse con los demás.

Su saber era variado, hondo y extenso; su ingenio, original y agudísimo; su modo de sentir, universal ó cosmopolita; su espíritu se había alimentado con deleite y había digerido y convertido en substancia propia la flor del pensamiento de los antiguos griegos y latinos y de los modernos ingleses, franceses y españoles.

Ello es que pasando días y semanas; estando perjeñado el discurso y a medio digerir; puestos en ejecución los planes de la marquesa y los planos de su arquitecto, y por los suelos algunos tabiques de la casa; en Madrid casi todos los encopetados touristas veraniegos; cada hombre político en su sitio; Verónica no tan aburrida ni nerviosa como a su llegada; Pepe Guzmán bien perdonado de su falta, en virtud de razones bien expuestas y mejor recibidas; la marquesa incapacitada de moverse de un sillón en cuanto la sacaban, con trabajos, de su lecho, y el marqués con su credencial de senador entre las manos, llegó el mes de octubre, y con él la ebullición de la vida madrileña, quiero decir, la de la gente de dinero y lustre en los campos colindantes de los placeres y de la política; y llegando el mes de octubre, que era el que esperaba el marqués con grandes ansias, dio por bien digerido su discurso, y consagró todo el muy escaso que le quedaba sano a disponer el programa de la fiesta.

Doña Nieves, bien digerido el café, tomaba chocolate, y acompañábanla Juan Pablo, Feijoo, el pianista ciego, Feliciana, Olmedo y algún otro. El mozo mismo, que había llegado a familiarizarse con aquella sociedad, se agregaba también, tomando asiento a un extremo del corro para escuchar y aplaudir.

Palabra del Dia

godella

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