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Actualizado: 22 de junio de 2025
El Padre de los Maestros le saluda y agradece su atención. Lo que el catedrático deseaba era volver al lado de Momaren. El entrecejo de éste y su boca tirante y desdeñosa le infundían terror. Se inclinó ante él cuando iba a entrar en su litera, y el eminente personaje le dijo con frialdad: -Me parece un buen hombre su Gentleman-Montaña, pero sin ningún sentido crítico.
Yo necesito continuar siendo madre, ya que no puedo ser otra cosa; y ese infeliz no conoció á la suya, no tiene á nadie en el mundo, está solo como yo... Déjame que busque un poco de ilusión allí donde puedo encontrarla. ¡El pobre agradece tanto mi afecto! ¡Se siente tan feliz en mi casa!
En el momento de entrar Benina, acababan un juego, y antes de echar otra mano, el hijo de Doña Paca tiró sobre la mesa los asquerosos naipes, que en mugre competían con las manos de los jugadores; se levantó tambaleándose, y con media lengua y finura desconcertada, de la que suelen emplear los borrachos, ofreció a la criada de su suegra un vaso de vino. «Quite allá, señorito, yo ya he bebido... Se agradece...» dijo la anciana, rechazando el vaso.
Eso lo agradece siempre el cuerpo continuó. Pero relaciones por lo fino, con suspiros, penas y celillos, ¡eso nunca! Necesito el tiempo para otras cosas. Y Fermín, con tono zumbón, intentaba consolar a su amigo. Aquella mala racha pasaría. ¡Caprichos de mujeres, que se ponen de morros y fingen enfado para que las quieran más!
¿Pero qué la importa á su majestad?... dijo severamente doña Clara : don Juan la ha hecho un eminente servicio... la reina se lo agradece... y nada más... ¿qué enredos son éstos?... ¿qué fatalidad puede haber para que se tome el nombre de su majestad de una manera ambigua? Perdonad, señora; pero yo no he querido decir... Cuando se habla de la reina, las palabras deben ser muy claras.
Traía una carta en la mano, y en el semblante la expresión de una satisfacción vivísima. Su majestad dijo os agradece, no como reina, sino como dama, lo que habéis hecho en su servicio; su majestad quiere premiaros. ¡Ah, señora! ¿no es bastante premio para mí la satisfacción de haber servido á su majestad? No, no basta. Sois pobre, no necesitáis decirlo... Sí, pero...
Creo que se ha aficionado a mí, por los cuidados que me ha prodigado durante mi enfermedad, y que me agradece que viva, como si tuviese yo en ello algún mérito. Si por eso es feliz no debe dar gracias más que a Dios.
Ella, además, me amaba y me ama, porque ha nacido de mis entrañas y porque es mi sangre y porque recuerda y agradece mis mimos, mi ternura, el esmero con que la he criado, y hasta esa misma elevación moral y religiosa a que he procurado elevarla, quedándome yo tan lejos y tan por bajo de ella.
Día por día replicó el anciano con orgullo, moviendo más la cabeza . Y puedo decirle a usted, si quiere saberlo, lo que he dado en tres meses, en seis, en un año. No, no se moleste, señor indicó Benina, sintiendo otra vez ganas de darle un papirotazo . Llevaré el libro, si usted quiere. La señora se lo agradece mucho, y yo también. Pero no tenemos pluma ni lápiz para un remedio.
Yo aquí siempre sobre el potro, desvelándome por el servicio público, y ya ve usted lo que se me agradece; no he visto cosa más cochina que la política.
Palabra del Dia
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