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Actualizado: 22 de mayo de 2025


Se encontraban en ella los mismos alegres compadres, que me recibieron con igual agasajo y cordialidad. Todos a un tiempo elevaron sus cañas, invitándome a beber. Uno de ellos me dijo: ¿Qué tal la morenita? La pregunta me turbó extremadamente en aquel momento. ¡Pchs!... No anda mal. Echamos un trago para no desairarlos y nos fuimos a sentar en un rincón.

Atónito el criado le presentó los dos caminantes. Magnífico señor, dixo el ermitaño, no puedo ménos de daros las mas rendidas gracias por el agasajo tan noble con que nos habeis hospedado; dignaos de admitir esta palangana de oro en corta paga de mi gratitud.

Recibiéronle doña María y sus tertulios con la mayor cordialidad y agasajo, y él saludó a todos con afectado encogimiento.

acometió á las sopas de leche, haciendo en ellas él solo tanto estrago como toda la familia junta. Después de la leche nos sirvieron vino blanco con bizcochos, prototipo en las aldeas de digestivos y confortantes, y cuyas virtudes se tienen en tanto, que lo mismo se administra este agasajo á un moribundo que en una boda.

Bien había visto a Marcones paseando por los corredores, y estaba seguro de que aquél le vió también a él. No se atrevió a pedirle que le acompañase. El viejo alguacil estaba hablando con agasajo a don Rufo, a un enemigo suyo, y fingió no advertir que su jefe pasaba. No era que se volviese al sol que más calentaba.

A las cuatro de la tarde lleguè bordo, y hallé una carta del Señor D. Francisco de Viedma que habia entregado al piloto un indio, que con otros 4 habia llegado bordo el dia de ayer: y aunque el piloto los agasajò bastante y los regaló, no quisieron quedarse por no haberme hallado; pero quedaron en volver para llevar la respuesta de dicha carta, fecha 14 de Mayo; y el bergantin lo hallé ya en el paraje que al piloto le habia prevenido.

Corre, pues, investiga y goza á tus anchas, que luego que te canses hablaremos de tu pleito y de mis planes, y entonces te rogaré que me dispenses lo que pueda haber de egoísmo en lo que ahora estás contemplando como un fenómeno de cariñoso agasajo, poco común en la historia de los hombres de mi talla

Mi tío me esperaba en Buenos Aires con una colocación en una casa de comercio; llegué a Buenos Aires y encontré a mi tía tan mala como de costumbre; siempre dominada por la política, siempre tomando parte en todos los acontecimientos notables que tenían lugar. Hacía seis años que no me veía, y, sin embargo, no me hizo el más mínimo cumplimiento ni el más pequeño agasajo a mi llegada.

Aquella noche fue, en efecto, Miguel con su tío a casa de la intendenta, quien le recibió con mucho agasajo: no tanto a los tres o cuatro amigos de que había hablado tío Manolo, y que fueron entrando uno después de otro. Todos ellos eran entrados en días; uno era coronel retirado; otro, catedrático de matemáticas en la facultad de ciencias; otro, ex-gobernador de provincia.

Su hijo tenía que tratar gentes de todas clases, herejes y hombres sin religión; extranjeros que consumían los vinos de la casa, y al pasar por Jerez habían de ser recibidos con el agasajo que merecen los buenos clientes. ¡Ser buenos servidores del Señor y tener que tratar a sus enemigos como si fuesen iguales!

Palabra del Dia

hociquea

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