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Actualizado: 24 de junio de 2025


Ese heróico y hospitalario pueblo de Colombia no es una sociedad bárbara, como la califican los afortunados en Europa, puesto que allá ninguno se muere de hambre, la igualdad avanza dia por dia, el corazon es generoso, la nocion de la justicia es mas general, y el desgraciado no necesita para buscar la subsistencia de entregarse á oficios infamantes que degradan el alma, envenenan el corazon y hacen descender la humanidad hasta el nivel del bruto!...»

El Louvre y las Tullerías por un lado, con la plaza de la Concordia, la primera del mundo, los Campos Elíseos, dichosos y afortunados jardines que no tienen rival por el otro, el palacio de los Diputados, Notre-Dame, Santa Capilla, el Instituto, etc., etc.

Y aquí fue Troya, pues la emigración de los habitantes de las tumbas y la invasión del mundo de los vivos por los muertos, que se enseñoreaban de todas las cosas y de todas las gentes, esparciendo sobre los dominios de la vida las fatídicas tinieblas del reino de la nada, empezó entonces, y no ha concluido aún, sino para una feliz minoría de afortunados que ha conseguido ya escapar a la incontrarrestable tiranía de los potentados de la eternidad y a la abrumadora carga de sus representantes en la actualidad.

, Señor, respondió el negro; así es práctica: nos dan un par de calzoncillos de lienzo dos veces al año para que nos vistamos; quando trabajamos en los ingenios de azúcar, y nos coge un dedo la piedra del molino, nos cortan la mano; quando nos queremos escapar, nos cortan una pierna: yo me he visto en ámbos casos, y á ese precio se come azúcar en Europa; puesto que quando en la costa de Guinea me vendió mi madre por dos escudos patagones, me dixo: Hijo querido, da gracias á nuestros fetiches, y adóralos sin cesar, para que vivas feliz; ya logras de ellos la gracia de ser esclavo de nuestros señores los blancos, y de hacer afortunados á tu padre y á tu madre.

El grito de desesperacion y agonía lanzado por la muchedumbre extenuada, corrompida ó culpable, despertó á los ricos ó afortunados de Inglaterra en 1847, y ese pueblo, que en todas sus manifestaciones es grande y fuerte, pero siempre fiel á las tradiciones y antipático á las reformas radicales, levantó donde quiera templos magníficos á la beneficencia bajo todas las formas anodinas, derramando el oro á montones para conservar su opulencia misma.

Los amigos de la casa, hasta Marta y hasta las de Ferraz, cada cual según su género, hablaban con Gaetano del incidente de Emma con frases maliciosas, con sonrisas medio dibujadas; y Minghetti disimulaba mal la molestia que le causaba la conversación. «¡Qué discreto!», decían todos. «Así hacen siempre los Tenorios verdaderos, los afortunados de veras». Nadie había podido sorprender en Minghetti el menor gesto, siquiera, de jactancia.

Prefería seguir preparándose para ser un buen esposo. Después de Mesía, pocos seductores había tan afortunados como el Marquesito. La vanidad solía ayudarle en sus conquistas; no pocas mujeres se rendían al futuro marqués de Vegallana; pero otras veces, y esto era lo que él prefería, vencían sus ojos azules, suaves y amorosos, su manera de entender los placeres.

Aguardaban el paso de otro, vivaqueando al aire libre, y si se veían vigilados de cerca, emprendían la marcha hacia la inmediata estación por los desiertos campos, con la certeza de ser más afortunados. Así llegaron a Madrid, después de varios días de accidentado viaje y largas paradas con acompañamiento de golpes.

De algunas de ellas tomamos ligeras notas, las más, allí han quedado sepultadas, bien hasta que otros mas afortunados consigan registrarlas, ó bien para que la polilla cuenta de ellas destruyendo un tesoro histórico insustituible.

Este razonamiento petó á Cacambo: tal es la manía de correr mundo, de ser tenido entre los suyos, de hacer alarde de lo que ha visto uno en sus viages, que los dos afortunados se determináron á dexarlo de ser, y á despedirse de Su Magestad. Haceis un disparate, les dixo el rey: bien se que mi pais vale poco; mas quando se halla uno medianamente bien en un sitio, se debe estar en él.

Palabra del Dia

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