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Actualizado: 26 de mayo de 2025


Al aspirar la tufarada de incienso que Miguel le echó de improviso, una sonrisa placentera contrajo sus labios. ¡Oh! máscara, eres muy galante, muy galante... No es galantería; es pura verdad: todo el mundo te admira en Madrid... Vamos, acepto eso como broma de Carnaval; pero te la agradezco, porque es delicada.

Por tanto la comunicacion entre los barrios altos y el bajo, entre la cima y el fondo del abismo, no tiene lugar sino por una via, en extremo curiosa, que luego describiré. Desde el sitio que he indicado como el mejor para contemplar á Friburgo, se admira un paisaje encantador.

Quevedo al leer no se reía; su acento al leer era el de un profundo crítico, que aprecia cada uno de los detalles, cada uno de los pensamientos, cada una de las bellezas, y las determina, las anota, por decirlo así, con la inflexión del acento, con la acentuación particular de la palabra; que admira y que acaso envidia, y que toma la lectura por lo serio.

D. Dionisio comprendía que se trataba de ciertas particularidades propias de los poetas y estaba satisfechísimo de ostentarlas. Los locos repuso Moreno a la oreja de su amigo tienen siempre las extremidades frías y la cabeza caliente. Con esto el ingenioso Sánchez se creyó en el caso de responder que muchos de los hombres que la humanidad admira como genios sublimes han sido verdaderos dementes.

Hija afectuosa y sumisa, amiga generosa y segura, madre tierna y abnegada, esposa exclusivamente consagrada a su marido, la duquesa de Almansa era el tipo de la mujer que Dios ama, que la poesía dibuja en sus cantos, que la sociedad venera y admira, y en cuyo lugar se quieren hoy ensalzar esas amenazas, que han perdido el bello y suave instinto femenino.

CABEZA DE VACA, cap. 74 y 75; y se admira BARCO, canto 5, de que en España se tolerase sin dar el castigo correspondiente: y mas, habiendo absuelto el Consejo á Cabeza de Vaca, de que tanto le imputaron.

No me admira dijo Horn . Nuestros compatriotas vienen mucho por estas islas. ¿Quieres seguirnos? preguntó Cornelio al papú. Este no respondió, pero le miró como diciéndole: explicaos. No puede saber muchas palabras dijo Horn . Mejor comprenderá el malayo, idioma que se habla en la costa occidental de la isla. Repitió la pregunta en dicha lengua, y al punto obtuvo respuesta.

El hombre que así me acata, el hombre que así me considera y admira, es el más discreto, el más elegante de la aristocracia de Madrid; es celebrado por su gentil presencia, por su gracia, por su valentía y hasta por sus conquistas amorosas.

-Así debe de ser -respondió Altisidora-; mas hay otra cosa que también me admira, quiero decir me admiró entonces, y fue que al primer voleo no quedaba pelota en pie, ni de provecho para servir otra vez; y así, menudeaban libros nuevos y viejos, que era una maravilla. A uno dellos, nuevo, flamante y bien encuadernado, le dieron un papirotazo que le sacaron las tripas y le esparcieron las hojas. Dijo un diablo a otro: ''Mirad qué libro es ése''. Y el diablo le respondió:

Desde abajo, la gente de la llanura admira cómodamente el meteoro. La cumbre del monte, castigada por el viento, parece que humea como un cráter; las innumerables moléculas heladas que levanta la borrasca se juntan formando nubes que se arremolinan encima de los picos. Las aristas de los contornos, esfumadas por esa niebla de nieves giratorias, pierden su precisión, como si flotaran en el espacio.

Palabra del Dia

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