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Pero añadió, con una sonrisa, yo no lo he traído aquí, señor, para tratar de convertirlo de su fe protestante a la nuestra. Le pedí que me acompañara, porque me ha comunicado usted un hecho que encierra un profundo y notable misterio. Me ha puesto en conocimiento de la muerte de Burton Blair, el hombre que fue mi amigo, y que por propio interés debía venir a verme esta noche en San Frediano.

Salí de la sala tan fastidiado que no permití que nadie me acompañara. En el «hall», mientras me ponía el gabán, que los dueños de casa se consultaban, estupefactos... Se irá porque tiene siempre la costumbre de jugar al billar después de comer decía la señora. Tal vez contestaba el señor. Pero más bien parece que le ha hecho mal la comida... Se ha indispuesto repentinamente.

Y, por último, ¿no vas por tierra, sin que choque, con Leto y con don Claudio? Pues vas embarcada con Leto y Cornias; y pata. La cuenta no fallaba así; y ateniéndose a ella, fue Nieves en el balandro más de una vez sin que la acompañara su padre.

Sacó el joven el estuche, y del estuche la sortija. Entonces pasó por la vieja una cosa extraña. Se estremeció, tembló, y su pequeño ojo bizco y colorado, se puso á bailar mirando la sortija. Rica es, en efecto; pero me parece que pedís mucho: en fin, lo que yo puedo hacer es enviaros... mejor... mi marido os acompañará. Melchor, lleva á ese caballero á casa del señor Gabriel Cornejo.

La marquesa acogió esta vaga aceptación con un regocijo infantil. ¡Qué felicidad! Me visitará usted todos los días, me acompañará en mis paseos á caballo, y ya no me veré seguida por esos suspirantes pegajosos que me molestan continuamente. Mostróse sorprendido Ricardo por la alegría de la Torrebianca.

Una podría resignarse, es cierto, resignarse a sufrir. Pero piensa por un momento que estando casada una se enamorara de otro. ¡Qué situación horrible! Bueno, Laura le suplicaba que en último caso la acompañara yo, los vigilara yo. Fue inútil, Zoraida le repetía que nuestra familia era muy desgraciada en el amor y que ella no tenía edad para enamorarse así.

Nada más fácil se apresuró a contestar el Príncipe; la estación no dista más que una media hora y Simón le acompañará sin duda gustosísimo. El rostro de la señora Princetot se ensombreció y a pesar de su gran fuerza de disimulo no logró encubrir su viva inquietud. ¿No podrías ir tu mismo, Princetot? objetó Miguelina. Simón está siempre tan atareado...

; Antonio las acompañará se apresuró a decir Teresa. Ya la pobre mujer la rogaba con su mirada que aceptase, como si fuese para ella una esperanza que su marido prolongase la conversación con la viuda. ¡Quién sabe cuántas cosas podía decir doña Manuela al marido infiel! No hubo medio de excusarse.

Como las ventas de España son tan malas, he cargado un carro de comestibles y vino; además he buscado un cocinero, y cuatro lacayos. ¿Y todo eso en media hora? Como que hemos sido diez trabajando á un tiempo. ¿Y sabe esa gente que me acompañará quién soy yo? No, señor. ¿Y qué es eso que abulta en la zaga?

Cuando gusten, señores, ya están ensillados los caballos exclamó Baldomero aproximándose a la ventana del comedor, donde se encontraban tomando te Lorenzo y Melchor, quien al oírle se volvió hacia la ventana diciendo: Vamos en seguida, esperamos a Ricardo que todavía está en el baño. ¡Y está linda la tarde!... fresquita. ¿Realmente, Baldomero, y usted nos acompañará? le preguntó Lorenzo.