Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de mayo de 2025
Durante algunos segundos estuvieron los tres personajes inmóviles el uno frente al otro sin decir palabra, hasta que el viejo, como continuando una peroración interior, exclamó con un repentino acceso de ira y lanzando de sus ojos rápidamente iluminados una mirada feroz. "¡Infames, perros! Quisiera tener en mi mano un arma terrible que en un momento acabara con todos esos miserables. ¡Ah!
Tomé el sombrero y me dispuse a salir antes de que acabara la tertulia. Al irme oí que Porras decía: Vamonos. Ya estamos en tinieblas, y el buen amigo don Juan es tan avaro que no quiere gastar en una vela; por eso nos tiene a obscuras. ¡Viva el obscurantismo!
-Y ¿es de muy gran peligro esa hazaña? -preguntó Sancho Panza. -No -respondió el de la Triste Figura-, puesto que de tal manera podía correr el dado, que echásemos azar en lugar de encuentro; pero todo ha de estar en tu diligencia. ¿En mi diligencia? -dijo Sancho. -Sí -dijo don Quijote-, porque si vuelves presto de adonde pienso enviarte, presto se acabará mi pena y presto comenzará mi gloria.
Pero ya se cansarán de tanta sensatez y tanto politiqueo obrero y entonces seguirán al Barbas y á otros como él, y en veinticuatro horas se arreglará todo ó acabará todo. El pobre pide justicia y la justicia ni se solicita á pedazos ni se regatea: se toma como se puede, aunque acabe el mundo. Después explicó por qué había hecho el viaje. Únicamente le atraía lo que pudiera ocurrir por la tarde.
Ahora va a venir ese insigne bibliotecario de las Cortes dijo uno y nos acabará de leer su obra. Ya veo cómo tiemblan los frailes panzudos y los rollizos canónigos. Yo he dicho que debe grabarse letra por letra con oro y plata en las esquinas de las calles. ¡Aquí está, aquí está el insigne Gallardo!
Al despertar, su decaimiento era tan grande como si acabara de ganar treinta batallas y de recorrer a caballo sin descanso toda Navarra. Ardiente fiebre le consumía, y la inercia de la mitad de su cuerpo era casi absoluta. Salvador tenía ya dispuesto todo lo necesario para llevárselo.
La tercera flecha rozó el seco tronco y penetró profundamente en la tierra, á dos pulgadas de aquél. ¡Soberbio! exclamó el mutilado arquero. ¡Aprended, muchachos, que este es buen maestro! Á fe mía que si empezara á hablaros de arcos y ballestas no acabara en todo el día, dijo Simón.
¡Basta ya! dijo al cabo con voz ronca y respiración anhelante, como si acabara de hacer una carrera fatigosa.
Antes que Felipe III han sido sus abuelos rigorosísimos con los moriscos exclamó el duque de Lerma, aturdido por la filípica de Quevedo. ¡Los clérigos y los frailes! siempre esa plaga que ha logrado dominar al trono y que acabará con la gloria y con el poder de España.
Volvió el piloto a tomar la altura, y vió que estaba debajo del norte, en el paraje de Noruega, y con voz grande y mayor tristeza dijo: "Desdichados de nosotros, que si el viento no nos concede a dar la vuelta para seguir otro camino, en éste se acabará el de nuestra vida, porque estamos en el mar glacial, digo, en el mar helado; y si aquí nos saltea el hielo, quedaremos empedrados en estas aguas."
Palabra del Dia
Otros Mirando