Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de julio de 2025
Pues bien: la noche que me tocaba de guardia en la recámara de la reina, cuando su majestad se había acostado; abría silenciosamente la puerta de aquel pasadizo y me iba... á la reja. Hacíais mal, muy mal. No se trata de si hacía mal ó bien, sino de que sepáis de qué modo he podido tener pruebas... de los amores ó al menos de la intimidad de don Rodrigo Calderón con la reina.
Y don Custodio abría ambos brazos y contemplaba gozoso el estupor de sus oyentes: á ninguno se le había occurido tan peregrina idea. ¿Me permite usted que escriba un artículo acerca de eso? preguntó Ben Zayb; en este país se piensa tan poco...
Nunca se daba por satisfecho del trabajo de las extremidades del buen caballero: «¡Plus! ¡plus! ¡Ancor plus saprísti!» Y el mísero don Rosendo se abría, se abría de un modo bárbaro, inconcebible, percibiendo la grata sensación de si le aserraran el redaño.
Su manutención era una carga para su familia; por lo cual, sin desanimarse, con toda su calma germánica, tomó la resolución de venir a España, donde, por desgracia, la sangrienta guerra del Norte le abría esperanzas de que pudieran utilizarse sus servicios.
La habitación estaba en el primer piso y se abría sobre el parque.
Corría entre tanto el invierno, y el capellán se habituaba a la vida campestre. El aire vivo y puro le abría el apetito: no sentía ya las efusiones de devoción que al principio, y sí una especie de caridad humana que le llevaba a interesarse en lo que veía a su alrededor, especialmente los niños y los irracionales, con quienes desahogaba su instintiva ternura.
Allá a la madrugada, la puerta se abría, Lucía quería ir con Ana. No, no, quiero llevarte; ¿cómo has de ir sola si no puedes tenerte en pie? Sol estará despierta todavía. Yo quiero ver a Sol ahora mismo. ¡Loca! ¡Hasta cuándo eres buena, loca! A Juan, sí, en cuanto lo veas mañana, que será delante de mí, bésale la mano a Juan. A Sol, que no sepa nunca lo que te ha pasado por la mente.
Ese carácter tan lleno de alegría y de franqueza, ese corazón de mujer joven que se abría con tan buena fe, esos límpidos ojos que sonreían tan confiados, esa íntima conversación en medio de unos jardines llenos de flores, con el acompañamiento del cantar de los pájaros y el arrullo de las palomas, todo junto iba desvaneciendo los sentidos del inspector general como podía haber hecho un vino dulce y generoso, vino que, cuando se ha llegado a los cincuenta, se sube con tanta mayor facilidad a la cabeza por cuanto no se está ya acostumbrado.
Sí respondió Francisca, con su desparpajo habitual, pero cuando yo he abierto la ventana, ignoraba que pasaba el capitán, y cuando éste pasó, no sabía que yo abría la ventana. Y suponen que estábamos de acuerdo... ¿Y qué? Que me ofende horriblemente que se crea que hago caso de ese capitán, que estoy segura que no se ocupa de mí... Es rico, y...
Todos, desde Ferragut á los últimos marineros, contemplaban como algo propio la ciudad que iba asomando en el fondo de la bahía, sus bosques de mástiles y su amontonamiento de edificios grises, sobre los cuales brillaban las cúpulas bizantinas de la nueva catedral. En torno de Marsella se abría un hemiciclo de alturas desnudas y secas, coloreadas alegremente por el sol de Provenza.
Palabra del Dia
Otros Mirando