Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 14 de octubre de 2025


Pasó todo el día cerrado en Tejada, en un estado de agitación próximo a la demencia. La única persona que se atrevió a entrar en su cuarto fué don Rosendo. Aunque adornado con perífrasis y redundancias periodísticas que acreditaban su temperamento de escritor, supo hablarle un lenguaje digno y generoso. El pobre Gonzalo, abatido, convulso, no le contestó una palabra.

Gabriela volvió el Lunes de Pascua. ¡Dichoso el momento en que la ! Aquellos cinco días de ausencia fueron siglos para . ¡Cómo eché de menos a la joven! Recorría yo la casa en busca de ella; me iba yo a vagar por el jardín, imaginándome que allí la encontraría, y turnaba yo a mi cuarto desconsolado y abatido.

Contentóse el soldado de la buena gracia del mozo, y díjole que si quería servir, que él le sacaría de aquel abatido oficio; a lo cual respondió Rincón que, por ser aquel día el primero que le usaba, no le quería dejar tan presto, hasta ver, a lo menos, lo que tenía de malo y bueno; y cuando no le contentase, él daba su palabra de servirle a él antes que a un canónigo.

No ha media hora, ni aun un mediano momento, que me vi señor de reyes y de emperadores, llenas mis caballerizas y mis cofres y sacos de infinitos caballos y de innumerables galas, y agora me veo desolado y abatido, pobre y mendigo, y, sobre todo, sin mi mono, que a fe que primero que le vuelva a mi poder me han de sudar los dientes; y todo por la furia mal considerada deste señor caballero, de quien se dice que ampara pupilos, y endereza tuertos, y hace otras obras caritativas; y en solo ha venido a faltar su intención generosa, que sean benditos y alabados los cielos, allá donde tienen más levantados sus asientos.

Desesperado, abatido, cae despues en una profunda melancolía: no puede ya con sus recuerdos, no puede ya con su dolor: vedle exhalando su último suspiro. Ha muerto, y no suena en todo el palacio ni un gemido; no hay quien derrame una lágrima siquiera. Todo es silencio en torno del cadáver: apenas hay quien se atreva á mirarle, y hasta sus mismos hijos se cubren el rostro por no verle.

Creía que el germen de todo contento había muerto en . ¡Oh Ester, eres mi ángel bueno! Me parece que me arrojé, enfermo, contaminado por la culpa, abatido por el dolor, sobre estas hojas de la selva, y que me he levantado otro hombre completamente nuevo, y con nuevas fuerzas para glorificar á Aquel que ha sido tan misericordioso.

Al verle así, tan triste y tan abatido, le dije: «Bueno, Ricardín mío, a liquidar; prefiero que nos quedemos en la calle antes de verte sufrir de esa manera. Pagas a todo el mundo y viviremos con lo que quede, tranquilos y felices». Total: vendió todas las tierras, casi media Rusia, por la quinta parte de lo que habían costado.

Tenía diez años cuando murió mi padre. La última vez que me acercaron al borde de su cama, me abrazó y me llenó de besos; tendría entonces cuarenta años, pero representaba sesenta; ¡tanto lo había quebrantado la terrible enfermedad que lo consumía! Espíritu débil, la muerte de su compañera lo había abatido, había hecho inútil su existencia.

¡Hermosa tarde! ¡Quién pudiera trasladar al papel el espléndido cuadro que tenemos delante! Usted está triste... ¿por qué? Nosotras deseamos verle contento. ¿A qué ese rostro abatido y melancólico? Papá nos ha dicho que ha sufrido usted mucho.... Ciertamente, me rendía la tristeza.

Palabra del Dia

mármor

Otros Mirando