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Actualizado: 1 de junio de 2025
Harto reconocerá el lector por lo expuesto hasta aquí que yo soy un admirador fervoroso y sincero de la antigua Compañía de Jesús; pero esto no se opone á que yo dé crédito é importancia á las tremendas acusaciones que lanza contra la Compañía el autor anónimo, cuyo libro me induce á escribir este articulo.
Usted encontrará fácilmente una mujer que le haga feliz... Cuanto más tonta, mejor... Usted ha nacido para padre de familia. Rafael creyó que se burlaba de él como otras veces. Pero no: su acento era sincero, su rostro no estaba contraído por la sonrisa irónica; hablaba con ternura, como amonestando a un hijo que sigue torcidos derroteros. Sea usted como es.
Siguióla Amaury con los ojos, y así que la perdió de vista tomó con dulzura la mano de Magdalena, exclamando con acento apasionado: ¡Ya nos han dejado solos, siquiera sea por un instante! Aprovechémoslo, Magdalena: mírame, dime que me amas, pues a ser sincero, desde que he visto a tu padre tan transformado, voy dudando ya de todo. De mí, bien sabes que te amo, que te amo con todo mi ser.
Al contrario, hijo. Yo no tengo ojos nada más que para mirarte a ti. Y desde que tú me gustas he perdido el gusto de todas las demás. Ella, insistía con calor, llamándome embustero, gitano, comediante. Al fin, una noche, más por complacerla que por otra cosa, le dije: Pues, si he de serte sincero, la que allí me parece mejor es tu prima Isabel. ¡Dios eterno, qué hice!
Muy bien; él apreciaba también mucho á los escoceses. Y después de esto, como si solicitase la admiración del gringo, habló de sus hazañas y del respeto medroso con que le miraban todos. Lo sé, lo sé dijo el extranjero. Había oído hablar mucho del cabo don Morales, y su asombro era sincero, aunque algo molesto para el héroe.
Pepe clavó los ojos en aquél hombre, y luego, poniéndose a pocos pasos y a su espalda, le llamó en voz baja, casi con timidez: ¡Tirso! Volviose de pronto el recién llegado, y entonces el muchacho le abrió los brazos, diciendo: Soy Pepe. El abrazo que se dieron fue largo y apretado, sincero tal vez, pero de fijo nadie lo sabrá nunca.
Ahora añadió con gravedad, estoy resuelto a vivir mientras al Señor le plazca. ¡Oh! ¡Gracias, Dios mío! dijo Antoñita con las lágrimas en los ojos. ¡Vas a vivir! repuso el doctor. Está bien. Así te he conocido yo siempre, sincero y animoso. Apruebo tu resolución. ¡Vive!
No hay divinidad a quien se rinda culto más sincero y universal que a la Fortuna. Los hombres desde que empiezan a serlo, en lo que llaman edad de la razón le consagran la vida.
Mas no hallando suficientemente madura mi inteligencia para tamaña obra, conténtome con profesar a mi espejo sincero afecto, y con mirarme largo tiempo en él todos los días por espíritu de gratitud.
¿Y en particular con alguno? No lo sé; pero ¿qué importa? No te hagas ilusiones; tu hermana es honrada, todo lo que quieras... pero ya puedes figurarte lo que buscarán esos caballeretes. Pepe quedó pensativo; involuntariamente se acordó de Paz, de la desigualdad que le separaba de su amante y de que, sin embargo, aquel amor no podía ser más sincero ni honesto.
Palabra del Dia
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